domingo, 26 de febrero de 2023

VUELTA A LA NORMALIDAD, UNOS DÍAS DE RELAX Y VOLVEMOS A DAR PEDALES

 El lunes estaba pedaleando dede el aeropuerto a casa con las alforjas y la bici aún empolvada del viaje por Kenya. Pues el viernes cambiamos el chip y empezamos a rodar con la flaca y sin alforjas, que al principio no sé ni ponerme de pie jeje.

55km con una rodaje suave hasta Canyamars y vuelta a casa. Hago un trozo con el tete y así nos ponemos un poco al día que hacía ya muchos que no nos veíamos.

El sábado salimos los compis del GRbikes y hacemos un recorrido de interior. Primero por la costa pero en Vilassar ya nos vamos a buscar el Bordoi y luego, típica vuelta por Cánovas, La Garriga y regresamos por la carrera de la roca. Yo voy con la cabra y la vuelta la hago completa hasta Santa Coloma y luego por el río para regresar a casa. 107km con 950m+ en los que ya me voy sintiendo mejor. La verdad que tengo mucha fuerza en las piernas, ahora sólo falta coger de nuevo el golpe de pedal y la chispa. Pero en breve todo ese se alineará y empezaremos a ir rápido.


El domingo otro rodaje suave, esta vez con Carlos. 45km costeros hablando un poco de todo y dejando las piernas listas ya para empezar a darles caña otra vez la próxima semana.



domingo, 19 de febrero de 2023

KENYA BIKE ODYSSEY...BIKEPACKING DE MUCHOS QUILATES EN EL CORAZÓN DE ÁFRICA!!!

Desde que tengo uso de razón hay dos cosas que siempre me han enamorado. Una es la naturaleza y otra el deporte. Con el paso de los años ambas han tenido mucha presencia en mi vida y siempre que he podido, he destinado parte de mi tiempo a disfrutar de ambas.

Durante los últimos años he podido aunar sendas pasiones y el cicloturismo se ha convertido en algo casi indispensable en mi vida.  Es raro el año que no me voy unos días de viaje con la bicicleta y es algo que me da absoluta felicidad. Va ya más de una década desde que me iniciase en el cicloturismo y fue en 2010 que se dio un punto de inflexión con aquella travesía por Australia.

Nunca se acaban las ideas, es más, no paran de venirme a la cabeza viajes que hacer, zonas que visitar, países que recorrer y aunque me queda mucho hacer aún, en este 2023 he podido cumplir otro sueño pedaleando en África.  Algo que desde hace muchos años llevaba en mente y que por fin, este año se ha materializado haciendo una ruta espectacular en Kenya.

Poco o mucho, pero menos en la Antártida, ya puedo decir que he pedaleado en todos los continentes. Antes podía ocupar más tiempo en las travesías, ahora se complica lo de estar tanto tiempo fuera, pero el bikepacking ligero es la fórmula perfecta para poder compactar días y hacer viajes muy completos y que en mi caso, no suelen superar los 10días. Ese plazo te da para hacer sin problemas entre 1000 y 1500km y eso, a golpe de pedal, da para mucho.

Es importante también estar en buena forma y no estresarse 😅. En mi caso, como durante el año voy entrenando, para cuando diseño las etapas de un viaje, puedo montar recorridos en los que no es un problema hacer si hace falta, 8-12h de bici al día. Además, el ritmo sin prisa pero sin pausa que suelo llevar, da para que, salgan buenas tiradas de km y así, poder abarcar zonas amplias de terreno.

Pero cada viajes es único y hay que saber adaptarse a las características del lugar para que una vez empieces el viaje, finalice siendo un éxito.


Hacía ya mucho que Pedro y yo íbamos hablando online. Él murciano, yo catalán y a los dos nos chifla la aventura y el deporte outdoor. Nos pusimos en contacto viendo el blog de cada uno para pedirnos información de viajes que habíamos hecho cada uno por su cuenta. Yo le preguntaba por Marruecos y el a mi por Patagonia. Hablábamos, nos seguíamos en redes sociales y nos conocimos en persona, en una Vuelta a Murcia Master que corrí yo en 2109 y como las etapas pasaban cerca de donde él vivía, pues se acerco a saludarme .

Pues a finales del año pasado, hablando como siempre, pasándonos ideas de viajes, cayó encima de la mesa, la de hacer un viaje a Kenya. Y claro, es lo bueno que tiene juntarse con gente que tiene las mismas ganas de hacer este tipo de cosas, que como el que habla de quedar en el bar de la plaza para tomar algo, pues nosotros decidimos quedar en Nairobi, para hacer una ruta de unos 1000km por parte de las zonas más espectaculares de Kenya.

Rápidamente nos pusimos manos a la obra con todas las gestiones necesarias como visados, vacunas, buscar contactos en Kenya para transporte, alojamientos, accesos a las reservas naturales, elaborar la lista de material y cosas que llevar...

Escudriñamos la ruta, la repasamos palmo a palmo y la modificamos adaptándola a lo que priorizamos para ver, siendo ésta un extracto de la Kenya Bike Odyssey A diferencia de otros viajes, en éste te has de mirar muy bien por donde vas ya que, a pesar de lo que puedas pensar en casa y por ignorancia, hay muchos puntos en los que las opciones de paso, se reducen a la única que pasa por los lugares habilitados. Hay más terreno "privado" del que pareciera, así que hay que ceñirse al guión sin muchas opciones de cambio. 

Estrangulamos el tiempo al máximo, incluso demasiado para que nos quede los días lo más bien aprovechados posible. Volamos cada uno desde un punto de la península y seguimos rutas distintas, pero llegamos con poco tiempo de diferencia a Nairobi, así que nos veremos en la terminal del aeropuerto el viernes 12 por la noche.

Con todo listo, ponemos rumbo a África y como acordamos, nos vemos en la terminal del aeropuerto Jomo Kenyatta, anteriormente llamado Aeropuerto Embakasi y Aeropuerto Internacional de Nairobi, es la mayor instalación de aviación de Kenia, y es el aeropuerto con más movimiento del Centro de África.

No pueden faltar todos los regalitos que me ha dado Ayari para que me los lleve duranta el viaje y me den suerte. TE voy a echar de menos chiquitina 😘



Viaje largo pero fraccionado en dos, Barcelona-Egipto y Egipto-Kenya. Aterrizamos, y antes de pode entrar a la terminal, hay que entregar o enseñar la documentación referente al Covid. Yo contaba con poder abrir la app del CatSalud pero entre que no se abre y que cuando lo consigo, tengo el acceso caducado, hay que actualizar usuario y contraseña pero el movil va a trompicones...total, que me quedo el último y aunque intento librarme, he de acabar haciéndome un test de antígenos allí mismo y pagando 30€ por ello. Tasa de turista huevón que diría yo, pero no queda de otra.

Pasado el mal rato este, entro en la termina y ya nos encontramos con Pedro 😃. Bueno poco a poco vamos pasando los diferentes trámites de aduanas, control de visados, recogida de equipajes, encontrarnos con nuestro taxista, ver como colocamos las dos cajas con las bicis y todo dentro, en ese pequeño coche maltrecho que nos ha venido a buscar, ir al alojamiento, encontrarlo, desempaquetarlo todo, montar bicis, equipar alforjas y ya por la mañana, sin a penas haber dormido nada, volver a encontrarnos con el otro taxista que vino a buscarnos, meter las bicis ya montadas dentro de este segundo coche a más grande, ir a la ciudad para comprar un par de tarjetas SIM, sacar dinero de algún cajero y por último, que nos llevará al punto de partida fuera del caos que se ve en el centro de la capital.

Tras esta larguísima maratón, como suele pasar en todos los viajes que requieren desplazamientos en avión y tal, hasta que no estoy montado en la bici para empezar realmente a iniciar la ruta, no estoy tranquilo. Y es que en toda esa parte previa, siempre dependes de otros, pero cuando ya estoy montado en la bici, ya sólo soy yo y la bici. En esta ocasión además con Pedro pero yo creo que él está como yo, ahora respiramos tranquilos y al mismo tiempo, aunque la fatiga de todo este trasiego reflejada en nuestros rostros, damos las primeras pedaladas expectantes y emocionados por ir descubriendo todo lo que este aventura nos deparará.

Va a ir todo genial, Pedro ya me ha dado buena cuenta de lo minucioso que es preparando viajes y lo llevamos todo bastante controlado, pero ya se sabe, siempre pueden surgir imprevistos y ahí ya tiraremos de ingenio para solucionar cualquier contratiempo como sea.








Pactamos allí mismo en el inicio del camino como pagarle ya que una vez que terminemos la ruta, nos tendrá que venir a buscar al punto de encuentro, llevarnos nuevamente a Nairobipara que podamos empaquetar bicis y por último al aeropuerto.
Yo normalmente he salido de un punto y he llegado a otro, por lo que antes de salir de España o de casa, he localizado alguna tienda de bicis o algo que me pueda dar una caja de cartón y así, poder empaquetar nuevamente la bici. No es ninguna tontería por que sino, la bici no la puedes embarcar y tienes un problema. 
Cuando hice Himalaya, en el mismo hotel que llegué el primer día en Nueva Delhi, pacté que me alojaría una noche al acabar el viaje, y que a cambio que por favor me guardaran la caja de la bici. Pues aquí lo hacemos igual y un problema menos.
Pequeños trámites con los que has de contar y que mejor no pases por alto por que luego, con el tiempo justo y un vuelo que tomar, los nervios y las prisas no ayudan a nada

EMPEZAMOS!!!!



El camino nos ofrecerá paisajes muy variopintos y a diferencia del primer pensamiento que a casi todo el mundo le viene a la cabeza al hablar de Kenya, no todo será sabana.
El inicio de la ruta no podía ser más placentero, nos encontramos en Limuru donde recorremos los caminitos de arena rojiza dibujados entre bastas plantaciones de té, creado al antojo de las granjas que lo cultivan
Kiambethu es una granja que se dedica a la plantación de té desde hace cinco generaciones mientras residen allí mismo. Actualmente, a parte de las plantaciones de té, se pueden visitar una casa de campo y hermosos jardines rodeados por una gran superficie de bosques indígenas. bosques donde se pueden ver monos Colobos.











Trabajo duro y manual que realizan los campesinos equipados con unas mochilas en forma de capazos, delantales y botas de agua. 



Siempre con una sonrisa dibujada en sus rostros, siempre amables y cordiales. Me cuesta entender como ellos van tan abrigados y nosotros de corto y pasando calor. 




Árboles centenarios y altos como edificios adornan estos campos parejos y tan perfectamente delimitados. 







Árboles que forman parte bosques indígenas donde se pueden ver monos Colobos , una gran variedad de flores y de pájaros con vistas vista a las colinas Ngong.


Vamos pasando por zonas con pequeñas aldeas y siguiendo pistas entre bosques que ya son distintos. Empiezan a aparecer los eucaliptos. Parece que nosotros vamos cargados, pero no somos los únicos que vamos con las bicis hasta arriba de cosas.



Las zonas más rurales y agrícolas aún tienen menos recursos y el motor que lo mueve todo, es el mismo en todos lados. 


Vamos paralelos a la separación de los condados de Nakuru y Kiambu dirección Kimende. Justo en ese punto queda entre medio del Parque Nacional de Mount Longonot y la Reserva Natural del Bosque Gatamaiyo. El track pasa próximo al volcán pero en unos cuantos km más y aquí, si algo hemos apreciado en lo poco que llevamos, es que lo de avanzar rápido es muy complicado por que el terreno no ayuda y eso que supuestamente, está será la zona más "cómoda".




Pero al igual que estos niños, nosotros vamos felices y parando cada 2x3 para hacer fotos. Entusiasmados como eso, como niños.


Antes de salir a la carretera y cruzarla para seguir adelante, un tramo muy bonito entre bambú y eucaliptos donde nos encontramos con este par de chiquillos con los que hablamos lo que podemos y ilusionados, se hace unas fotos con  nuestras bicis.




Otro detalle que ya se aprecia en nuestras bicis y que esperemos que no de problemas más adelante, pero hay caminos extremadamente polvorientos que lo resecan todo y claro, seguro que también agarraremos caminos con barro, así que, mecánicamente las bicis sufrirán. Esperemos que aguanten como siempre.

Cualquier sitio es bueno para montar un par de porterías y echar un partido de fútbol. Éste, bastante apartado de todo pero supongo que reunirá a los locales y echarán buenos ratos aquí.


Cruzamos la Nairobi - Nakuru Road y llegamos a Kimende.  Aunque ya no estamos en la capital, estos núcleos urbanos son muy caóticos. Coches que te pasan por cualquier lado, vendedores ambulantes en mitad de la vía, animales cruzando, ruidos...



Nosotros seguimos a lo nuestro pero claro, todo te llama la atención, miras para todos lados, todo te parece nuevo y cualquier detalle no visto antes, es un reclamo. Del mismo modo, a nosotros también nos miran con cierta expectación. Entre todo aquel trasiego de gente moviéndose, ver a dos ciclistas blancos con esas ropas ceñidas, cascos y unas bicis con mochilas, pues como que te tampoco es lo más común.

Salimos de Kimende y empezamos una subida por una carreterita angosta y empinada. Al elevarse, hay unas bonitas vistas a nuestra izquierda mientras que a la derecha, el frondoso bosque no nos deja ver más allá. En un momento dado, mientras íbamos subiendo tranquilamente, se escucha un ruido mecánico fuerte y muy feo. Yo voy delante y no he sido, me giro rápido y veo a Pedro que se baja de la bici, algo le ha ocurrido en el cambio. Yo pienso que se le ha salido la cadena o algo así sencillo, pero cuando me acerco y además le veo la cara...el cambio está completamente retorcido y parece que la patilla se ha partido!!!
No nos lo podemos creer, primera etapa y ya tenemos un contratiempo gordo. En estos casos, los nervios y maldecir la situación no sirve de nada, así que, mucha calma y a evaluar bien los daños para valorar soluciones. 
Pedro ya me dijo que él de mecánica nada y yo, aunque me apaño bastante bien con lo básico, algo muy complicado pues quizás se me va de las manos. Parece que la patilla está bien pero el cambio ha perdido completamente la tensión en la patilla. 
Paradojas de la vida, estamos en Kenya, a miles de km, apartados en el monte pero Pedro llama a su mecánico y podemos hacer una video llamada para que nos asista.  La bici estaba recién revisada pero parece que el muelle interior del cambio se ha soltado o lo que sería peor, se haya roto. 
Desmonto el cambio por completo, que tiene su gracia hacerlo aquí y con un solazo que nos está quemando las collejas a base de bien. Pero esto lo tenemos que solucionar como sea.
Consigo hacer lo que me dice su mecánico y la parte gorda del trabajo está hecha pero aún y así, hay algo que no permite que el cambio trabaje y claro, ir con la bici así es imposible. 
Bajamos al pueblo nuevamente, buscamos si por casualidad hay algún mecánico. Aquí no pretendas buscar tienda de bicis, ni mecánicos especializados pero de bien seguro que en los lugares con menos recursos, el ingenio sale a relucir en cualquier momento y entre unos y otros, seguro que lo salvamos. O por lo menos lo intentaremos. 

Pedro está un poco cruzado en estos momentos y ya baraja la posibilidad de regresarse. Pero lo calmo y sabiendo lo mucho que nos ha costado llegar aquí, de un modo u otro, nos apañaremos para seguir. Es muy importante que siempre reine la serenidad y la buena vibra por que sino, si los nervios se apoderan de la situación, seguro que la cosa no acaba bien. Así que hoy por ti, mañana por mi y para eso están los compañeros de ruta.



Aunque es cierto que se nos está yendo un tiempo precioso y aunque lo arreglemos, deberemos atajar de un modo u otro para llegar de día. No acaba de arreglarse y decimos ir directos al pueblo de Sulmac, donde está el centro de información turística dek Parque Nacional de Hells Gate, la joya de la corona de esta primera etapa. 


Segunda intentona, aquí alquilan bicis sencillas para poder dar un paseo por el parque. Así que llaman al chico que se ocupa del mantenimiento y en el sí que confiamos para que acabe de rematar la faena. Pedalear ya puede pedalear pero el cambio parece no responder y aunque la tensión del cable está bien, el muelle no está roto ni fuera de su sitio y la patilla bien, hay alguna cosa que se nos escapa. 
Mientras los niños vienen a vernos y yo juego con ellos. 




Et Voilà!! lo consigue, el cambio se desencasquilla y  empieza a funcionar. Venga genial ya nos podemos poner en marcha y ahora, con la calma, a disfrutar de lo que nos viene que seguro que será increíble. Aunque primero, como siempre a pasar por caja  😅



Dejamos registrado nuestro acceso en está entrada y saldremos por la otra punta del parque.



Además de las personas, también ellos nos reciben en la entrada...Los babuinos son unos de los habitantes de esta zona en la zona de acceso, campan a sus anchas con total tranquilidad.



El nombre del parque podría ser traducido como ‘las puertas del infierno’ (atribuido a la actividad geotérmica de algunos de sus rincones) pero en realidad podría también asimilarse a la entrada al cielo, por su belleza y majestuosidad.
Hell’s Gate sirvió de inspiración directa para los guionistas y realizadores de El Rey León en su primera versión de 1994. Este rincón del Gran Valle del Rift ofrece “un paisaje espectacular que incluye imponentes acantilados, gargantas salpicadas de agua, torres de roca maciza, volcanes cubiertos de vegetación y enormes columnas de vapor geotérmico”.

Nos adentramos en este terreno inhóspito con un respeto mayúsculo y gran expectación, pues será el primero punto en el que, con suerte, podamos ver ya grandes mamíferos y aunque no debería ser una zona peligrosa, siempre hay que tener cuidado. Una cosa es ver la megafauna africana desde la seguridad de un vehículo y otra muy distinta es hacerlo a pie o en bici. Puede que en el Hell’s Gate,  entre este espectacular paisaje volcánico de barrancos rojos, salientes rocosos y cañones profundos, no haya predadores, pero experimentar la naturaleza africana de cerca puede dar escalofríos. El paisaje del Hell’s Gate intensifica los sentidos y da vida a la naturaleza africana como ningún otro parque nacional de Kenia.






En este parque puees ver Cebras, búfalos, gacelas de Thomson, hienas, babuinos, alcélafos, elands y los warthogs. Tuvimos suerto y vimos casi de todo y también jirafas en la parte final.



Con los búfales hay que tener especial cuidado. Ya nos dijeron que cuando están en manada,  están menos alerta, pero cuando van pocos, ojo con acercarse o encontrártelos de repente tras una curva.


















La sensación de estar aquí es indescriptible. Ambos estamos maravillados y cuanto más lo pienso, más afortunado me siento. Pedalear por aquí un día cualquiera y llevarte esta experiencia en la mochila de recuerdos que tenemos cada uno, increíble.  Supongo que en un tiempo , cuando eche la mirada atrás o vuelva a ver este post, diré..."mira por donde pasé con la bici y lo que vi".

Cuando ya empezamos a salir, nos queda hacer una subida tendida de unos 3km y luego, un largo descenso ya por carretera hacia orillas del Lago Naivasha, uno de los lagos del Gran Valle el Rift, el de más altitud a 1884msnm.



Vamos por la carretera y después de pasar un repecho nos dejamos caer ya por un camino que nos lleva al Fisherman's Camp, donde pasaremos la noche. 



Además de los animales que ya vimos, en este lago podremos encontrar muchas aves y otro de los que teníamos muchas ganas de encontrar en nuestro camino, el hipopótamo.
Cogemos una barcaza con un lugareño y nos vamos a navegar por el lago en su busca...












El Sol ya está cayendo y aunque hemos visto ya algunos, en el agua pues como que no es demasiado lo que se aprecia. Además, continuamente han de ir parando y leyendo el motor para no pillar las múltiples líneas de sedal que tienen tiradas. 
Lo bueno es que, cuando llegamos para dejar la barcaza, que es justo delante de donde vamos a dormir, fuera del agua, a apenas unos pasos, vemos algunos ejemplares que han salido dle agua y están comiendo.




Hay una pequeña linea que nos separa, no llega ni a ser una valla de protección así que no me fío y menos con esa mirada 😅. Me subo a este tronco que pasa por encima y desde ahí le podemos sacar algunas fotos sin molestarle demasiado. Ya había muy poca luz así que salieron de aquella manera...




Luego ya, más relajados, recogemos todas las cosas y a reponer fuerzas. Nos preparan una rica cena y seguimos en la nube. Una terracita a orillas del lago, escuchando a los hipos por allí mientras cenamos...jeje nada, lo de cada día.




Pasamos buena noche y después de madrugar un poco y dejar las cosas ya preparadas, un desayuno potente y nos ponemos en marcha.







Seguimos hacia el norte y ya de buen inicio, con un paisaje completamente diferente al que fuimos viendo ayer. Inicio llano por una carretera asfaltada que pronto dejará de estarlo y que además, se complica mucho con grandes bancos de arena, piedras y una prolongada subida que ya nos pondrá firmes durante un buen rato.


No es que vayas entrando en reservas y zonas protegidas de fauna salvaje, es que no dejas de ir por sitios en los que en cualquier momento tienes la sensación de que puedes ver cualquier animal a un lado del camino o descansando en mitad de él.











Los primeros pasos fáciles de se vuelven ahora pedaladas muy costosas y concentración máxima por ir aguantando el equilibrio en estos tramos con tanta arena. Pedro lleva una rueda más tipo btt y aún va más cómodo. La mía, bastante más estrecha se hunde más, pero bueno, yo ya estoy acostumbrado así que vamos haciendo sin agobios. 
Dejamos la Moi North Lake Road y seguimos por un camino tedioso, con mucho calor, polvo y que no deja de subir hasta llevarnos a las puertas del Bosque Eburru.



Vamos pasando por algunas aldeas, escuelas, más zonas agrícolas. Paramos en algunos, hablamos, bromeamos con los locales que son igual de curiosos que nosotros y siempre se acercan a preguntar cosas.






Cada vez que encontramos un puestecito de estos, miramos de cargar agua por que no sabes en cuantos km más no tendrás más opciones.



El ingenio siempre sale a relucir y con cualquier cosa, se apañan para conseguir muchas otras.



Ellos no tienen nada, les ves sentados a un lado del camino, la mayoría descalzos y siempre felices. Que contraste tan fuerte, de ver a los peques en nuestras calles que apenas pueden estar solos a unos metros de sus padres, siempre atentos a posibles peligros en forma de coches, caídas, gente mala...y aquí da la sensación de que ya suben con una fuerza diferente, ajenos a todo eso y sin que anda de lo que les rodea, les pueda hacer daño.


Más de 20km subiendo sin parar hasta alcanzar los 2600m+. Cualquiera lo diría, hoy un Galibier 😅. Pasamos por la estación estación generadora de energía que aprovecha la geotermia para poder abastecer eléctricamente a parte de la zona de Naivasha. Poco después te encuentras cn las puertas de acceso al bosque, es como la entrada a Jurassic Park y no por que accedas por una super puerta con coches guiados en sus carriles sin posibilidad de desviarse del camino principal. Pero si que de pronto, dejas las vustas más o menos despejadas, en entras por un camino con dos roderas bien marcadas, aun bosque super frondoso que además en su perímetro, cuenta con un vallado electrificado kilométrico. 
Un bosque en el que se pueden ver muchas especies de pájaros y hasta 40 mamíferos de entre los cuales, destaca el Leopardo y el bongo de montaña, una especie de antílope autóctono de Kenya y que está en peligro de extinción.








No dejas de escuchar ruidos de animales que se andan moviendo entre los árboles,  cantos de pájaros mientras vas en absoluta calma. Cierto también, que con el oido y la vista bien atentos por si de entre la maleza, sale algún animal grande con ganas de jugar 😅



Está siendo una pasada la verdad y para cuando empezamos a girar más hacia el norte, iniciamos un descenso que nos llevará hasta la salida por el otro lado del bosque donde supuestamente,  nos dijeron que habría alguien para abrirnos la puerta.
Pero el caso es que al llegar, allí no hay nadie y el candado está echado. Nosotros tenemos que seguir la marcha así que nos toca saltar con las bicis cargadas a cuestas. Pruebo por al lateral que parece más sencillo. No me fío de que esté electrificada y hago un primer intento, parece que no, pero carajo, al momento, me agarro con ambas manos y el latigazo que me suelta es pequeño 😅




Alucinante, es saltar la valla y a nuestras espaldas dejamos una zona verde como pocas y super frondosa, andamos un poco hacia delante, viene una planicie seca y carente de árboles en la que en lugar de estar atentos a los animales, lo tendremos que estar a las decenas de mini tornados que se van formando a nuestro alrededor. 




Una primera parte entretenida en la que tenemos que ir siguiendo bien el track ya que éste se mete por senderos entre las zonas de cultivo y donde no parece que haya nada, aparece un caminito que nos lleva al otro lado de un super campo.

Cabañas de adobe, de momento es la edificación que veremos por aquí.





Hace muchísimo calor y sopla aire, lo que a menudo genera estos remolinos que a veces pasan muy cerca y aunque no son como los de las pelis, pues hay que andar con ojo. La cosa más tonta en este terreno, puede suponer un problema. Una caída tonta y que rompas algo de la bici o peor, que te lo rompas tú, que te entre algo en los ojos...siempre hay que ser precavido. 




Llevamos ya mucho rato de mucho sol y rodando ahora por una pista llana de rectas eternas, con piedras y mucho viento. Empezamos a estar un poco exhaustos y Pedro me sugiere que en cuento haya oportunidad, que paremos a comer algo y a recargar agua. 
Vamos por la Kiambogo Gilgil Road, pero de carretera no tiene nada. Esto es...


Pasamos por la aldea de Pumzika y aquí podemos hacer un pitstop.




A Pedro se le está haciendo largo el día pero ahí estoy yo para ir dándole comba. A veces no sé si me va a tirar un bidón a la cabeza o ya le va bien que le vaya hablando para distraerle, pero es cierto que el terreno te deja baldado y cuando paras y te sientas en una sombra, casi que te dan ganas de quedarte allí el resto del día.
Después de recargar pilas, cruzamos Pumzika a y a la salida, se encuentra la entrada a la Reserva Natural de Soysambu. Teníamos muchas ganas de llegar aquí y después de haber leído la guía y saber lo que teníamos que hacer y que pagar, nos encontramos con dos guardias en la entrada, muy arrogantes por decirlo de un modo fino, que o nos vieron la cara de tontos, o cambiaron las normas pero nos querían cobrar un ojo de la cara pro cruzar la reserva y también por la estancia, y eso que nosotros sólo íbamos de pasada. 


Estos no son los 2 guardias 😂, este par eran bastante más simpáticos.




Perdimos allí un tiempo valiosísimo, nos hicieron esperar, llamaron a su jefa, yo hable con ellos y luego por teléfono con la jefa que poco o nada quiso hacer. Pedro tiene la mecha más corta que yo y él ya se hubiera marchado hacía rato, pero yo quise probar hasta el último momento. Pero nada, no se bajaban del burro y no queríamos ceder a ese abuso así que, nos quedamos sin entrar y nos fuimos por una ruta alternativa.
Luego leí en la guía, que efectivamente, han dejado de dar soporte el proyecto que hay creado para esta ruta que facilita el acceso a viajeros como nosotros y hay un desacuerdo con esto, por que no favorece nada al reclamo turístico.

La idea original era cruzar y bordear el Lago Elementeita para salir a la antigua carretera de Nairobi y ya fuera del parque seguir hacia el norte. Nosotros, seguimos por la carretera, ahora sí, asfaltada, entre el Lago Elementeita yel Parque Nacional del Lago Nakuru.


Pasamos por la ciudad y regresamos por un rato al frenesí de una gran ciudad y aquí, su típico desorden. La cuarta localidad más grande del País tras Nairobi, Mombasa y Kisimu. 
Seguimos en el Gran Valle del Rift.

El Valle del Rift es un accidente geológico que trascurre durante casi 5000 kilómetros, atravesando África de Norte a Sur. Forman parte de él el mar Rojo y el río Jardán, y se cree que en un futuro, parte de lo que ahora es el Valle Africano, que ahora estábamos contemplando desde el borde, será una cuenca oceánica, como el Mar Rojo. Impresiona mucho el desnivel que se produce aquí, y contemplarlo, para mi, fue uno de los momentos emocionantes de este viaje (que fueron muchos).

Al Gran Valle del Rift, además, se le considera la cuna de la humanidad, ya que aquí se encuentran los yacimientos palenontológicos con restos de los antepasados del hombre más antiguos. Más actualmente, la presencia de los masai en esta zona, originó que fuese el último de los territorios de Kenia en ser explorados por el occidental. Hoy en día esta zona sigue siendo territorio masai, que continua apegado a sus tierras y manteniendo el estilo de vida humilde, colorido y dedicado al pastoreo.

El Valle del Rift alberga uno de las zonas de interés natural de Kenia. En su valle encontramos la presencia de 5 lagos: Naivasha, Baringo, Bogoria, Elmenteita y el Nakuru, a donde nos dirigíamos.

Tenemos la suerte de ir pasando por todos, aunque alguno lo tenemos que dejar más de lado. Pero aún y así está siendo una experiencia brutal y como siempre digo, hay que ser positivo y tener planes B siempre guardados. La ciudad no es lo que más me atraiga, pero en este caso, este bullicio momentáneo, es parte del encanto del país y esta bien vivirlo.









Seguimos en zona de volcanes y hoy nos alojaremos a pies del Crater Menengai, en la villa de Gingalili en al Maili Saba Camp. Totalmente apartados del ruido, de la carretera y de cualquier distorsión acústica más allá de la provocada por los animales. 


Un pequeño oasis en el Valle del Rift y frente al crater de un volcán que tiene una de las calderas más grandes del mundo y la segunda de todo África. 


Las vistas son increíbles y justo delante de nuestra habitación los monos juegan en los árboles. El meneo de las ramas, sus gritos y el canto de los pájaros, serán los únicos ruidos que escucharemos aquí.




Hoy tenemos suerte y después del calorazo que hemos pasado, nos podemos remojar un poco en esta piscina que ni nos esperábamos.



Pero rápido empieza a oscurecer y hay que recogerse. Vamos a cenar tranquilamente y a disfrutar del momento. Seguimos en un sueño, hace 2 días en España, hoy cenando en algún lugar de Kenya, mañana...mañana ya varemos.





Hoy me despierto con unas ganas tremendas de empezar a pedalear y ver más cosas, más animales, nuevos paisajes, más lagos...Tenemos una etapa exigente que concentra todo el desnivel en la segunda mitad de la misma y muchas horas de bici por encima de los 2000m, así que no será fácil.

Después de un buen desayuno, deshacemos un poco de camino para regresar a la carretera principal y nos vamos seguimos hacia el norte. Unos primeros km de asfalto para abandonar la zona donde se concentra más población hacia Bahati Settlemet y luego, cambio radical, dejamos la carretera y tomamos un pista con bastante piedra suelta pero en la que se puede rodar rápido. El terreno es favorable y por aquí, aún nos encontramos bastante gente dispersa caminando.


Recién desayunados, esas primeras rampas para salir a la carretera costaron eeee Pedro? 😂



Salimos temprano y los niños ya van caminando a las escuelas. Bueno, siempre están los rezagados que se entretienen jugando por el camino.



En pocos km volvemos a cambiar de escenario. Rodamos por una planicie árida en la que apenas hay árboles sólo las rodearas marcadas en el terreno, te dan una ligera idea de hacia donde ir. Sin mapa o GPS, te podrías pasar un buen rato dando vueltas en el mismo punto sin encontrar una salida.




Pasamos entre estos dos  estanques naturales donde además de los animales, hemos visto algún local venir a llenar sus garrafones.






Cerca, hay algunas cabañas separadas bastante unas de las otras en las que viven las familias de la zona.



Nos estamos acercando a la aldea de Mijani Mingi y coincidimos con algunos vecinos en el camino. 



según nos vamos acercando, van apareciendo más casas y personas que se acercan al camino para hablar con nosotros, o bueno, para vernos por que aquí en inglés ya no habla casi nadie.
Vamos por una recta interminable y muy incómoda por la cantidad de piedra suelta que tiene. No es grava, son piedras ya considerables y es el típico terreno que además puedes ir a cierta velocidad y no es nada difícil, dar un llantazo y pinchar.












Al pasar por delante de una parte que concentra varios barracones juntos a modo de gueto, se arma un poco de revuelo y nos acercamos. Enseguida nos recibe un grupo grande de mujeres y niños entusiasmados de vernos y con ganas de hacerse fotos con nosotros.
Un rato super agradable y sin duda, de las cosas bonitas de este viaje.










Al salir de Majani, empezamos a rodar entre plantaciones de  Sisal (Agave Sisalana) una gran planta reconocida en todo el mundo, especialmente en el continente americano. De ella se extrae una de las bebidas más famosas del mundo. Como buena planta adaptada al desierto, posee mecanismos de retención de humedad y espinas para reducir el ataque de herbívoros. En su mayoría, están formadas por espinas bastante leñosas, aunque hay especies de agave que carecen de estos mecanismos de defensa. 
En este caso la finalidad es la de fabricar cuerdas y cordeles, así como ropa y otros textiles.




Antes de llegar a Mogotio, nos toca "callejear" un poco entre parcelas y salvar algún que otro obstáculo que le da  su gracia a lo que llevamos de ruta.









Después de unas unas cuantas horas entre campos, llegamos a Mogotio y u punto al que me hacía ilusión llegar. Nuestro paso por la carretera Nakuru-Sigor Road coincide con también con haber alcanzado, paradójicamente, el ecuador del planeta y prácticamente el de nuestro viaje.





Hacemos un tramo de carretera y después de dejar Mogotio, pasamos por Ngubreti, donde hay poco más que una escuela, alguna casa y esta tiendecita. Nos hemos ganado un refresco, aunque casi caliente y una mini parada para llenar bidones. Son contadas las ocasiones que pasas por algún sitio donde poder comparar una cocacola o agua, así que si encima cuadra, hay que aprovechar. 

Hablamos un ratito con las personas que se encuentran dentro y tras este leve y agradable respiro, seguimos.








No tardamos en desviarnos nuevamente y dejar el cómodo rodar por asfalto. Otro camino complicado y que va mermando nuestras fuerzas por que has de ir sumamente concentrado cada instante en donde meter las ruedas. Además, por los laterales que es donde está algo mejor, está lleno de pinchos enormes de las acacias, así que, doblemente concentrado bajo un sol abrasador que nos tiene recocidos.  
Las jirafas ni se enteran de los pinchos mientras comen las hojas verdes de los árboles, pero nuestras cubiertas tubeless, como agarres bien uno de estos, te atraviesa hasta la llanta 😅




Entre esta zona y Saos, sorprende la cantidad de escuelas primarias por las que pasamos. Escuelas que están en mitad de la nada. A mi me choca muchísimo que vayamos por estos sitios, mucho riato sin ver nada ni nadie y de pronto, un cartel de escuela primaria, cientos de niños que salen como locos corriendo a vernos pero alrededor, no hay nada, absolutamente nada. 

Y es una sensación tan bonita la de estar allí y ver todas esas caritas ilusionadas, inocentes y felices por ver algo tan distinto ese día. No dudamos en pararnos cada vez que vemos una escuela y "jugar" un poco con ellos, unos saludos, unas fotos, un breve rato compartido que a nosotros nos regala muchísimo y aunque sea algo insignificante, pues suponemos que para ellos también es especial.









Son momentos también de mucha nostalgia, ambos somos papis y esto aún hace aflorar más los sentimientos de añoranza y amor por tus pequeñajos. Estos sentimientos realmente no se pueden explicar, las emociones vividas a lo largo de un día duro, mezcladas con momentos tan tiernos, hacen que hasta el más duro se pueda desvanecer.

Llegamos a Saos y tomamos la Eldama Ravine-Kabernet Road. Leve ascenso y bajada rapídisima y disfrutona con unas vistas estupendas a la sierra que nos lleva hasta Kingoron, donde hacemos una parada rápida antes de adentrarnos en la zona montañosa donde empezara la verdadera exigencia de la jornada de hoy.






Nada más salir, 15km de dura subida en las horas centrales del día donde ya es casi insoportable el calor que hace, para volver a estar por encima de los 2000m. 
El maltrecho asfalto se va combinando con tramos de tierra pero eso dura solo en la parte incial, luego ya es todo camino de tierra y piedras.


Encontramos un riachuelo y paramos para refrescarnos un poco, nos arde el cuerpo y encima subiendo estos % que la bici avanza muy lentamente, la sensación de asfixia aún es mayor.




Aquí aún se puede apreciar que las pendientes son considerables y aún con asfalto se pueden lidiar con solvencia, pero cuando son caminos con tanta piedra suelta, te cansas el doble por que el tronco superior ha de trabajar mucho más para mantener la estabilidad de la bici mientras que las piernas no pueden parar de dar pistonadas tratando de no perder tracción.




Pasamos la aldea de Kipkigei y un poco después, tras seguir subiendo un rato y ya apunto de coronar esta primera ascensión considerable del día, llegamos a uno de esos puntos que llevas visualizando meses antes de pasar por él. Un punto de esos que tienes ubicado en el mapa, que has visto fotos por internet, que a medida que te vas acercando, esas fotos se te vienen a la mente y juegas a ubicarte en el mapa. Ya se lo vas comentando a tu compi..."esto me suena mucho, he visto fotos de una zona muy parecida, creo que estamos llegando a este punto"





Y pam, tras unas rampas durísimas con uca pendiente y piedras, llegas al sitio y se te ilumina la cara. El mirador de God's Bridge. Un punto en el que puedes observar a ambos lados de la sierra, las majestuosas vistas que ofrece. 




Aunque las fotos seguramente no lo reflejen, el sitio es alucinante. Sólo nos quedan unos metros, ahora pegados a la pared rocosa y empezamos un descenso técnico con muchísima pendiente y alguna curva cementada, antes de llegar a la Escuela Secundaria de Sorok, donde paramos y pasamos un rato super agradable conversando con el director y algunos profesores, al tiempo que jugamos y nos hacemos fotos con los críos.








Como me pasó en Himalaya, cuando iba por una zona muy rural y me pare en el camino para ver el patio de un cole donde tenían a los niños alistados como si fuese el ejercito, el director de la escuela, me rogo que les diera un discurso sobre lo importante que era estudiar y ser responsable para conseguir metas importantes en la vida.  Yo no soy nadie para dar consejos, pero si de algo les puede servir lo que yo les pueda decir, lo hago encantadísimo.  Viendo lo que estamos haciendo nosotros, pues resaltarles el valor del sacrificio por hacer aquellas cosas que te apasionan y que con esa actitud, se pueden conseguir grandes cosas en la vida. Algo sencillo de decir pero complejo de aplicar.





Dejamos atrás la escuela y nos ponemos en marcha. Mis cálculos no suelen fallar en estas rutas y tenemos las horas de luz más que justas y no estamos en el mejor terreno para quedarnos sin ella.


Cada vez es más agreste y los caminos se complican más. Hacemos algún tramo de sendero y una subida muy complicada en la que yo puedo llegar con mucho esfuerzo hasta arriba pedaleando pero Pedro ya no puede y le toca caminar desde abajo. Un sendero con mucha piedra y una fuerte pendiente. Parece que estemos en mitad de la selva y de pronto se escuchan niños gritando, otra escuela, la primaria de Kapkatit.


Nos ha costado horrores subir hasta aquí pero aún nos quedan más de 40km y como todo sea así, me veo durmiendo debajo de cualquier árbol cobijado con la manta térmica. Pedro pobre está fundido y aunque yo intento dar todo el soporte que puedo, cada uno lleva su propia cruz encima de la mejor manera que pueda. 

Después de hacer una zona algo más comoda de pista , pasar otra aldea y hacer unos últims km de subida ya por una pista más ancha desde Kaptergat, llegamos a Tulluongoi y salimos a la carretera que dejamos hace unas horas en Kimngoron.  Unos cuantos toboganes y encaramos otro ascenso largo por esta misma carretera hasta coronar en Kiptaigich, a casi 2400msnm. Subida exigente con tramos algo más llevaderos y un pequeño descanso antes de la parte final que es lo peor. 


Ahora todo terreno  favorable con algunas tachuelas de por medio para llegar a Kabarnet, la capital del condado de Baringo y donde pasaremos esta noche.

Llegamos a un alojamiento que bueno, es lo que es pero ya nos sirve. Luego tenemos que caminar hasta el pueblo para encontrar un sitio donde cenar y que también nos servirá para desayunar por la mañana. Tras el último descenso, yo he podido recuperar bastante las piernas y he llegado muy animado. A Pedro le vao algo más tocado así que espero que podemos cenar bien para que reponga fuerzas, descanse y mañana lo vea todo mejor.

Cada uno en una habitación de lo que parece más un internado que no un alojamiento al uso.  Protocolos y rutinas de casa días para organizarnos y ser lo más eficientes posibles. 


Yo hoy he pasado momentos en los que he echado mucho de menos a mi niña. Estas haciendo algo que te encanta, que haces por que quieres, pero aún y así, no es fácil alejarte de los tuyos. Pensar en ella me emociona mucho y no paro de mirar durante muchas veces al día, el corazón que ella misma me puso en la bicicleta y que me dijo que era para que me acordara de ella. aún hoy escribiendo se me hace un nudo en la garganta. Toda esa inocencia, tanta bondad y esa carita tan dulce de no haber roto nunca un plato...necesitas abrazarla pero no está.  Te echas a dormir con ese pensamiento, con su carita sonriendo en la mete y también pensando en lo que nos espera al día siguiente, en que otras tantas cosas nuevas viviremos.
Un día más y un día menos...



Sin duda hemos salvado el escollo orográfico más complejo del viaje y para la siguiente etapa, tras mantenernos durante las primeras horas siempre por encima de los 2200m+, iniciaremos un largo descenso muy acusado en su parte inicial y luego, ya más paulatino hasta orillas del Lago Baringo, otro de los atractivos del viaje donde esperamos ver las grandes bandadas de flamencos.

Estamos a pie de carretera así que tal y como nos levantamos, empaquetamos todo, vamos a desayunar y ya en ruta camino al Bosque Katimok.





Una leve subida para probar como van las piernas y la verdad que yo me encuentro muy  bien. Ya estamos en la cuarta etapa y es mi punto de inflexión, si hoy ya voy así, es que probablemente iré a a más en cuanto a forma y buenas sensaciones. Lo que comento siempre de estos viajes, tercer-cuarto día, o me vengo un poco abajo por bajadas de defensas pero sigo pedaleando, o la forma va a más y acabo el viaje como un tiro. Tiene pinta que en esta ocasión, igual que en el último por Portugal,  ese bajón no se va a dar.

Dejamos la carretera, y nos desviamos a la derecha por un camino ancho que empieza en bajada. Para adentrarnos más aún en el bosque.




Temperatura aceptable y zonas de sombra en esta primera parte. Estamos remontando al norte por las faldas de una cresta montañosa hasta llegar a su parte más baja para superarla y ya del otro lado, iniciar un descenso larguísimo y  complicado. En esta parte si que hay que extremar las precauciones por que es un terreno muy resbaladizo, con mucha piedra suelta y tramos de roca compacta.  Ni llevamos mountain bikes ni vamos ligeros que se diga de peso, con lo que cualquier caída aquí puede suponer un problema gordo.

Paso por Tanyilel donde empieza ya realmente a bajar el camino.







Duelen las manos y los brazos de ir toso el tiempo frenando para que la bici no se embale. Al final, con cuidado conseguimos llegar abajo sin percances y en la aldea de Kipcherere, cambiamos de rumbo. Una breve parada y ahora empezara la parte más dura de la etapa. Ya llevamos un buen rato de calor pero ahora, parece que nos hemos metido en una horno. El terreno, pues va siendo favorable pero con continuos repechos que son peores que un puerto. Vamos justos de agua y todo junto, provoca el primer momento de crisis del viaje por que Pedro se empieza a marear y este no es el mejor sitio para coger una pájara. En principio no es falta de comida, así que espero que no sea insolación y que podamos ir haciendo para salir de aquí.


Los km pasan despacio y aquí parece que el tiempo se detenga. Desde que salimos de la aldea, sólo hemos visto a este buen hombre y estaría bien que sea por que nos acercamos a algún sitio donde podamos comprar agua.




Todo el tiempo así, superando pequeñas colinas que te dejan las piernas duras como piedras. Yo voy bien peo voy sufriendo por Pedro que no lleva buena cara y se le está haciendo cuesta arriba.




Pero por suerte, cuando menos nos lo esperábamos, aparece un pequeño establecimiento y una escuela en mitad de esta zona desértica. A Pedro le cambia la cara y además, en cuanto todos los críos vienen corriendo a vernos, es como que ya se ha olvidado de lo mal que lo estaba pasando hacía nada.











Esto ha sido un soplo de aire fresco dentro del horno jeje. Y cuando digo que hace calor, no es hablar por hablar. En esos momentos, 12 del medio día y 42.1ºC a 1000-1100m que para cuando saliéramos al asfalto, pasarían a rozar los 44ºC. Así que ya era normal que Pedro estuviese mareado y tuviésemos que parar un ratín.


Al poco de salir de allí, seguimos el curso de u río seco y la tierra tórnase rojiza. Más animales para apuntar en la lista, ahora esta pareja de avestruces que campan a sus anchas y se refugian un poco del sol bajo el regazo de ese árbol.


Tras estos duros km, salimos a la Nakuru-Sigor road que va paralela al lago Baringo en ese punto, justo al frente de la zona de acampada de Korosin. Allí nos encontramos con unos militares bien armados que la verdad que no dan muy buena vibra, pero nada, pasamos, saludamos, nos dan un poco de charla, preguntas típicas y seguimos por la carretera hacia Kampiya Samaki donde haremos una parada para comer algo.

Pero por si fues poco, en un momento dado, Pedro se percata de que ha perdido el móvil. El lo lleva todo el rato en la mochilita del cuadro y con la cremallera abierta le ha debido saltar. A mi en el mallot no me salta nunca, pero cree saber por donde ha sido, así que tenemos que deshacer parte del camino y por suerte, como la canción de Marc Anthony, "valió la pena" y lo encontramos, aunque con la cámara rota.



Antes, paramos en un puestecito a pie de carretera pensando que allí ya podríamos comer algo, pero no es el caso. Aún y así, hasta los críos nos ofrecen su comida. La hospitalidad de esta gente es abrumadora, casi no tienen ni para ellos, pero no dudan en ofrecerte a ti lo poco que llevan.




Echamos un ratín allí con ellos y arrancamos ya que nos dicen que el pueblo está ya cerca y allí podremos encontrar donde comer.
Nos desviamos de la carretera principal y entramos al pueblo, rápido vemos movimiento y nos recomiendan un sitio para ir a comer. Al llegar, un tipo que andaba por allí, se nos acerca y muy simpático nos acompaña, nos da asiento, nos va a buscar refrescos...luego habrá que pagarle una cerveza.

Nos sentamos a comer y es inevitable no sentirte observado. Los niños que son los más curiosos y sanamente descarados. Pero desde fuera, los adultos también nos miran mucho al tiempo que inspeccionen nuestras bicicletas. Son como los árbitros de la UCI buscando motorcillos escondidos en las bicis de los ciclistas jeje. Pero nosotros tranquilos y encantados de haber encontrado para comer en un sitio tan auténtico.






Tenemos hasta pequeños espías allí mismo 😍


Para cuando acabamos de comer, Moses nos insiste en que le acompañemos a la orilla del lago. De ser en otro sitio, me hubiera resistido, por que entrar por aquel callejón como a la parte trasera de las casas...pero nada, aquí todo es tranquilo y relajado y al final, él sólo quería ganarse el que le diéramos algo de dinero para su cerveza.

Parece ser un poco el patriarca, todos le conocen y nos mete allí en medio para que veamos como limpian los peces que han pescado, con las canoas que se meten lago adentro. De hecho se ofrece para darnos una vuelta e ir a ver hipopótamos y cocodrilos. 



Para nosotros, estos ratos, de lo mejorcito del viaje. Poder compartir estos ratos con los lugareños, no tiene precio!






Justo detrás de ellos, a escasos metros de donde se encuentran limpiando el pescado, se ve emerger la cabeza de un cocodrilo. 













Baringo es el lago más septentrional de los lagos del valle del Rift de Kenia  y juega un importante papel esta región keniana. Junto al lago Naivasha son los únicos lagos con agua dulce de todo el Valle del Rift keniano, particularidad que influye mucho en la presencia de multitud de aves, hipopótamos e incluso  cocodrilosSin olvidar, la importancia que tiene para las poblaciones humanas asentadas en su ribera, por la disponibilidad de agua para sus cultivos y usos domésticos, proporción de pesca, así como por el interés turístico y la oportunidad laboral que ello conlleva.
Este lago está rodeado de montañas y alberga islas, dotándolo de un mayor protagonismo y atractivo. Según cuentan los lugareños, una de las islas más pequeñas, fue comprada por un hombre que vive allí con sus 5 mujeres y sus 28 hijos, ¿leyendas urbanas? tal vez. Y según dicen, en la más grande «Ol Kokwe Island», hoy en día viven unas 150 personas, y al menos, hay un alojamiento hotelero.

Un hecho particular se está produciendo en la zona de Baringo y otros lagos del valle del Rift son las inundaciones , y es que las precipitaciones anuales  van incrementándose en los últimos años, siendo especialmente intensas en el año 2020. Estas precipitaciones han hecho que el caudal de agua que llega a Baringo, así como a Naivasha, Nakuru o Bogoria, sea especialmente elevado y ha afectado mucho a sus ecosistemas y áreas de influencias.

Esto ha causado la inundación de las áreas colindantes, generando el desplazamiento de los asentamientos, la destrucción de infraestructuras, cuentos como casas, colegios, hoteles o carreteras.

Aún nos queda un rato para acabar la etapa así que nos despedimos, le invitamos por su puest a asu cerveza y nos marchamos entre saludos y sonrisas de aquel rinconcito de Kenya.

Ahora ya todo asfalto hasta un poco después de pasar Marigat, donde nos desviamos por la E461 hacia el Lago Bogoria. 


Ya sólo nos queda una bajada y unos km fáciles hasta llegar al final de la etapa. Pero eso no lo tenemos del todo claro por que esta noche no la tenemos atada en ningún sitio y no sabemos donde nos podremos quedar. El track hace alguna ida y venida, pero para como queremos arrancar la etapa de mañana y teniendo ya suficiente por hoy, en el primer sitio donde nos podamos quedar a pasar la noche, pues pararemos.

Pasamos próximos a un importante humedal para la fase de anidación de aves durante la migración de aves del Gran Valle del Rift y al fin llegamos a las inmediaciones del Lago Bogoria donde encontramos alojamiento. 
La verdad que más lujo del que esperábamos y obviamente más coste, pero no tenemos mucho margen de maniobra así que nos quedamos y oye, a disfrutar de la estancia.

Nos pudimos bañar en la piscina, disfrutar de una riquísima cena al aire libre y con espectáculo Massai incluido, pasear por los alrededores viendo animales, termiteros..Pero sobre todo, dormir en una habitación grande, con buenas camas donde pudimos descansar de maravilla que después de la dura jornada que hemos pasado, pues no nos vendrá nada mal.









Hasta jugar un rato a fútbol con los locales jeje










Acabando el día así, todo lo malo que hayas podido vivir en las horas previas, ya queda olvidado y sólo queda empezar a pensar en las cosas buenas que vendrán en la jornada próxima. Muchas ganas de que amanezca y nos pongamos en marcha.

Estamos en Lorwok, un asentamiento a orillas del Lago Bogoria,  la reserva nacional del lago Bogoria no se encuentra entre las primeras opciones de los viajeros que se aventuran a hacer un safari en Kenia. Sin embargo, la belleza de este paraje natural nacional situado en la provincia del Valle de Rift y la diversidad de su fauna lo han convertido en lugar de visita obligada para los que prefieren alejarse de los circuitos más típicos de las agencias.
La ubicación del Lago Bogoria es inmejorable ya que está rodeado por los montes Aberdare. En esta reserva se dan cita más de 135 especies de aves, cebras, jabalíes, impalas y hasta guepardos.
Pero, sin duda, una de las principales razones que han contribuido a poner al Lago Bogoria en el mapa turístico del continente africano es su papel en el ciclo reproductivo de los flamencos enanos. Hasta tres millones de ejemplares de esta especie acuden al Lago Bogoria en respuesta a la llamada de la naturaleza. 
El lago ofrece un soberbio paisaje de colinas azuladas pobladas por arbustos secos, praderas y bosques ribereños, enmarcando la plácida superficie de agua salpicada por los flamencos. Más allá de la ribera oriental, el suelo se eleva abruptamente hasta una altura de 600 m en la escarpadura de Laikipia. En la orilla opuesta, la tierra forma costras cenagosas de extraños colores, las cuales se rompen en profundas grietas que escupen al aire nauseabundas aguas sulfurosas y chorros de vapor. Los géyseres en primer plano, las pinceladas rosa de los flamencos sobre el lago en segundo término, y el telón de fondo de la sierra de Laikipia, ofrecen una composición estética difícil de superar. 

En algunos sitios y en concreto en aquí, después de haber pasado, piensas que te podías haber ahorrado perfectamente el pago. Es más, si en el momento que pasamos, no hubiera estado la mujer fuera de la caseta que hay apartada del camino, hubiéramos pasado sin maldad pero sin pagar por que no te das ni cuenta. Y por que además, luego no hay absolutamente nada más que te haga pensar que estas en un sitio en el que deberías haber pagado por entrar.

Anyway, pasamos por caja y entramos con las conciencias tranquilas.



Volvemos al camino duro, y pedregoso que va perfilando el lago con muchos toboboganes, algunos de 5 considerables. En el inicio, nos metemos por un sendero siguiendo el track, pero va demasiado cerca del agua y se empieza a cerrar mucho la maleza. Además el nivel del lago va cambiando el terreno y me da que se cortará en cualquier momento.
Pero al final, lo que nos hace dar media vuelta, es que empiezan a haber muchos obstáculos y muchísimos pinchos en el suelo. 

Damos media vuelta,  pero ya es tarde, yo he pillado uno gordo y al salir a la pista para ir por ella, tenemos que parar a reparar el pinchazo.










Cuesta un poco pero lo acabamos consiguiendo y el látex acaba sellando bien. Podemos seguir y un alemán ya residente keniata, nos comenta donde podemos ir a ver los flamencos y por donde donde entrar por un sendero entre la maleza para que no nos oigan y nos vea. Si se asustan, salen todos volando. 





Parece que nos estamos metiendo en la boca del lobo. Espero que acabamos viendo flamencos y no que nos venga a ver a nosotros un gatito grande 😅


Todo bin y llegamos a una especie de playa y wow!!! una escandalera terrible con miles de flamencos con esos quejidos profundos que salen de sus gargantas, una especie de graznido que aquí se amplifica una barbaridad.

Sigilosos nos acercamos con las bicis hasta lo más cerca que nos dejan estar y contemplamos el espectáculo mientras podemos tomar unas fotografías.














Es alucinante poder estar aquí viendo naturaleza en estado puro y lo mejor de todo, estar solos. En cualquier otro lugar, habría un mirador lleno de gente, o coches 4x4 típicos de los safaris, pero no hay nadie y en todo el rato que estamos,  todo este espectáculo es para nosotros y sin interrupciones.

Para llegar aquí, hemos bajado por un camino que se las traía, ahora tocará remontar para regresar  a la pista principal y lo nuestros nos va a costar. Luego, ya se normaliza y viene rectas y cuestas más sostenidas.




Pasamos por la aldea de Maji Mata, por Mugurin y alguna más. Pero en km el panorama no cambia, lo que si que cambia a partir de Kipkitur, es el camino, que lo están arreglando, de hecho llevan unos metros asfaltados, pero tenemos la mala suerte de que pillamos las obras y madre mía que suplicio pedalear por aquí con las ruedas hundiéndose casi un palmo en el polvo o pasando por encima de las capas de grava gruesa previas al alquitrán.






Ya nos lo anuncian, diversión en adelante 😅😂


Diversión en forma de terreno duro y un puertecito que tenemos que superar antes de bajar a Solai.



Fotos que revelan los momentos en los que cada uno lucha con uno mismo, con su mente, con el no rendirse y dar una pedalada más para seguir subiendo y no parar, para vender ese agotamiento y la curiosidad de saber que vendrá después de ese cambio de rasante, de la siguiente curva. A ratos prefieres no mirar al frente, el no perder la mirada en la distancia y jugar a conseguir retos más próximos ayuda a que no se nos haga un mundo superar esos muros...



Pero siempre acabas alzando la mirada, buscas tu objetivo, le retas, te retas y lo acabas doblegando. Y es que no hay nada más poderoso que la mente!






Las fuerzas empiezan a ir justas. En estos momentos como polos opuestos por que yo voy a más, siento que puedo avanzar rápido y desde el inicio de la etapa, las piernas me piden dar buenos zapatazos. En cambio Pedro va a menos y vuelve a sufrir una bajada de fuerzas brusca, no sé si debido a la falta de comida, o de fuerzas en general. Pero somos un equipo así que no hay problema, que mientras yo pueda ir echando un cable para tratar de algún modo, hacerle el camino más llevadero, pues se lo haré. El problema es que todos los km que faltan, van siempre en subida, más suave o mas empinada, pero siempre ganando metros hasta volver a estar por encima de los 2000m otra vez.



Podemos hacer alguna mini parada para tomar un refresco y esto la verdad que da alas y además, los niños ayudan a olvidarse del cansancio.




Aún y así, el agotamiento hace mella y cuesta estar sonriente cuando el desgaste de energía es tan mayúsculo.  Vamos hablando de todo, las jornadas dan para estar muchas horas sobre la bici y aunque a ratos vamos cada uno a lo suyo, pues también vamos hablando de mil y un temas. algo enriquecedor y que es de agradecer. A mi me encanta hablar pero también escuchar y aprender de otras personas y más cuando son auténticas.

Una vez llegados a Solai, podemos parar a comer de verdad y reponer fuerzas. Aquí parece que podremos tomar bebida fresca y espero que esto nos de alas para afrontar la parte final de la etapa que me parece que guarda más de un postre envenenado 😅


Allí nos plantamos a comer un plato típico y que tiene energía más que de sobras.


Pedro está más por hacer la siesta que por comer jeje. Venga company que le estás echando muchas narices y ya casi lo tenemos!!!



No le atosigo y controlando un poco la hora, lo que nos queda, y la media que creo que llevaremos para lo que nos queda, pues dejo que descanse lo que necesite.  Por un lado voy pensando y casi rezando que lo que quede de subida, sea cómoda y no se le haga muy duro, pero ya se sabe, ley de Murphy. Nada más salir, dejamos la carretera, nos metemos por unas plantaciones y hacemos una parte que a mi me encanta pero realmente, hacerlo después de comer y con ese cansancio, hablando mal, es una putada.
Yo voy sin tener que poner el pie al suelo pero hacemos unas rampas super duras , con son como cortafuegos que van por mitad de las aldeas como atajando y claro, fuertes pendientes de subida y de bajada, unas tras otra.



Y por si fuera poco, además un fuerte viento lateral que menos mal de que ahora vamos protegidos por los árboles y arbustos altos, que sino...




Ya nos estamos acercando a Kabazi y nos quedan las últimas rampas duras antes de salir a la carretera. Que seguirá subiendo por unos km, pero ya más suave y combinando también algún llaneo hasta que lleguemos a Subukia.




Bravo Pedro!!! Conseguido tío, ya hemos llegado, ahora sólo falta dar  con el alojamiento que está un tanto escondido y alejado del pueblo.




Estamos solos en este reciento que cuenta con varias cañas típicas como esta. Ni un solo huésped más y hoy con problemas de electricidad por lo que no tenemos luz para cenar tranquilos y organizar las cosas, ni para cargar los los equipos.

El lugar la verdad que es muy idílico y hay que verle esa parte. La cena y el desayuno, nos los vendrán a prepara exclusivamente para nosotros a esta cabaña a la que llegamos tras una pequeña caminata por un sendero en mitad del bosque que hacemos con los frontales por la noche.


Que más se puede pedir?  Nosotros que nos apañamos con cualquier cosa, esto es todo un lujo. La cocacola, la cerveza y las botellas de agua, las han ido a buscar al pueblo para traerlas frescas por que no tenían y ya sólo por ese detalle...


Sólo se escuchan animalejos merodeando por allí y la verdad que después de la cena, la charla con al el camarero y el cocinero que están allí sólo para nosotros, el comentar la etapa de hoy y avanzar detalles sobre la de mañana, uno se va a dormir más a gusto que dios.

Mañana despertaremos con el sueño a nuestro alcance de pedalear por Laikipia. El área conocida como Laikipia, que se extiende desde las escarpadas laderas del Monte Kenia en el centro de Kenia , hacia el noroeste. Es un mosaico de ranchos ganaderos cercados, tierras tribales y áreas de conservación de vida silvestre administradas por la comunidad.
Cuenta a fecha de hoy con una densidad y variedad animal envidiable, incluso en determinadas zonas superior a las de los parques nacionales, es el hogar de mayor número de especies en peligro de extinción de todo el este de África en el que encontramos especies tales como el rinoceronte negro, cebra de Grevy, jirafa reticulada y los perros salvajes entre otros , aunque por supuesto es habitual el avistamiento de otras especies de interés como elefantes, guepardos, búfalos, leones, hienas, leopardos, gerenux, dik dik, gacelas, impalas….

Estamos deseosos de meternos de lleno en ese territorio hostil, pero por otra parte, la incertidumbre de encontrarte con alguno de los grandes mamíferos en un momento inesperado, hace que vayas más tensionado que de costumbre, o por lo menos a mi me pasa. 
Has leído mucho, te has informado, supuestamente los leones, leopardos negros etc. cazan de noche y por la mañana descansan, pero claro, yo casi todos los documentales que he visto de estos animales, es grabando de día 😅 y aquí, si se diera la situación, poco podrás hacer para esquivarlos más que tener la suerte de que no muestren el más mínimo interés por ti.  Estás completamente expuesto y aunque una parte de ti quisiera verlos, otra mayor, prefiere que no se de la situación.

El caso es que las mayores advertencias en esta zona,  es de cara a los elefantes, por que aunque parezca mentira ya que lo primero que te viene a ala cabeza es que semejante animal de esas dimensiones, le has de ver de lejos, con los arbustos se difuminan en el entorno y en más de una ocasión, se los ha encontrado la gente tras una curva y si arranca a correr, puede ser fatal.

Pero vayamos paso a paso, primero tenemos que llegar por carretera a Nyahururu y allí miraremos de sacar algo de dinero por que aquí hay que asegurar el tiro y llevar dinero en efectivo que no te puedes fiar sólo de la tarjeta.

Empezaremos por continuar la subida que acabamos haciendo ayer pero hasta llegar a coronar  justo donde dejaremos el condado de Nakuru para entrar en el de Laikipia.

Subida larguita pero tendida que se hace muy bien. Además ahora con la buena temperatura, se hace sin mayores problemas.  Como los que no han tenido estos para dejar piedras a modo  conos o triángulos. Hay que ser práctico claro que sí.



Llegando arriba, vistas amplias al Gran Valle del Rift.


Unos km buenos para comprobar que el motor y las piernas van finísimos y que se pasan sin que me entere hasta que llegamos a Nyahururu. Allí nos damos una vuelta por sus calles y apañamos un par de gestiones. 



Vamos a comprar algo de comida a un super, sacamos dinero y nos mezclamos un poco entre la gente chafardeando puestecitos ambulantes.





A la salida nos despistamos y aunque pasamos por delante del acceso, dejamos de ver las Cataratas Thompson que están allí mismo. El entorno es muy bonito, se trata de unas cataratas de 74m de altura que se localizan a esta altura geográfica del río Ewaso Narok. Reciben su nombre en honor al escocés Joseph Thompson, geológo y naturista que las descubrió en 1883.

Al salir de Nyahururu, dejamos la carretera por la quevenñiamos y cogemos otra más secundaria que nos lleva hacia el norte y un poco más tarde, una pista que nos llevará por el Bosque Rumuruti.

Entraremos en una zona pastoril y seguiremos los caminitos rectilíneos que en un momento dado nos llevan a la confusión por que el track nos mete por un sitio en que parece no haber nada de nada. Va por mitad de la maleza y tomamos la decisión de volver sobre nuestros pasos y buscar un planB para salir a la carretera sin tener que deshacer todo el camino








Y en uno de esos caminitos, un momento divertidísimo y que saca al niño que llevamos dentro. Este grupito de amigos, nos ve pasar y salta al camino para hacer carreras con nosotros. Jugamos un poco al gato y al ratón y luego paramos a hacernos unas fotos con ellos, enseñarles como se ven en el display de la cámara, seguramente no lo habían visto antes a juzgar por sus caras. Un rato genial que nos alegra el día la verdad.






Se nota cual es el que iba para modelo jeje







Otros más desconfiados nos miran atentos a unos metros y otros, juegan con lo primero que encuentran.



Después de un rato dando vueltas por allí, salimos nuevamente a la carretera y al llegar a Rumuruti, último pueblo antes de adentrarnos en el basto y solitario territorio de Laikipia, hacemos una parada para comer.


A pie de carretera este local donde nos ponen carne a la brasa con patatas y unos refrescos. No se puede pedir mucha cosa más, cordero es lo que hay y eso nos comeremos.




Con lo finos que nos volvemos en la ciudad, y luego, en estos viajes, comes en cualquier sitio pasando por alto muchas cosas que en un día cualquiera de tu "vía normal" no lo harías.
Y es parte de estos viajes, la normalización de situaciones que en tu día a día no vives y que está bien que de vez en cuando experimentes para valorar y darte cuenta de lo que tienes. Y ojo que no deja de ser un restaurante, que hemos estado en sitios más humildes o por ejemplo ver a los niños descalzos sin nada pero felices.
Muchos me dirán que no les hace falta ir a asar penúrias en sus vacaciones para valorar lo que tienen y no les quito razón, per una cosa es imaginarse cosas, y otra vivirlas. Es percepción y lo hondo que calan algunas experiencias, realmente hacen que tu comportamiento respecto a muchas cosas se modifique.






Pilas cargadas y estómagos llenos, así si nos pilla un león, que por lo menos nos coja cargaditos para contribuir bien a su alimentación 😅. 
Bromas a parte, ahora haremos un poco más de carretera para dejar el pueblo atrás pero pronto nos desviaremos por una pista y perderemos totalmente el contacto con todo. Sólo algunos pastores y mini aldeas en el inicio de la misma.





Pedaleando Kenya, hemos tenido la sensación de andar sobre el track, pero estar perdidos en el mapa. Extensiones enromes de terreno y muchas veces, las referencias justas. Cuando pedaleas sobre asfalto, inevitablemente, aunque estés alejado de las ciudades, crees estar más cerca de la civilización. Pero hemos hecho muchísimos km en los que realmente, si te quitan la caminito marcado en el GPS,  podrías decir que estas en mitad de la nada.

Ahora, en Laikipia, esa sensación se acentúa más si cabe. La vista se pierde sobre un horizonte infinito y en el satélite, a penas aparecen nombres de aldeas. Mientras ves los postes de luz, pues piensas que no estás tan solo, pero no tardan en desaparecer.





En alguna ocasión, apareciendo de la nada, te encuentras algunos pastores y te viene a la cabeza el..."¿Cómo pueden vivir aquí?"












Empiezan a aparecer excrementos enormes en el camino, señal de que los elefantes ya andan por aquí, y las pulsaciones se aceleran un poco. En parte por la emoción y las ganas de ver alguno, en parte por el  miedo de que no sea de sopetón y en mitad del camino.
Ahora estamos en nuestro propio safari, pero hemos cambiado la protección y comodidad del asiento de un 4x4, por nuestras bicicletas y la sensación de ir desnudos ante cualquier encuentro fortuito.
















Vemos esta montaña rocosa y a mi me viene a la mente cuando estuve enAustralia en Ayers Rock (Monte Uluru). Seguro que servirá de escondite para algún animal y también de punto estratégico para divisar posibles presas.



En algunos árboles cuelgan estas cajitas a modo de trozos de tronco que sirven de casa para las abejas y así recolectar luego su miel.



Primer riachuelo o putno de agua en km, seguro que si esperas por aquí, viene más de algún animal a beber. De hecho, al otro lado del puente, estaba el búfalo de la unas fotos más arriba.



Aquí es donde le hablas a tu bici, y le dices que se siga portando así de bien. Que no se rompa nada y nos permita llegar al sitio donde plantaremos la tienda para dormir.



Y después de un buen rato, algunos repechos duros, mucho polvo y sol en la colleja. Llegamos a este cruce que en primera instancia tomamos mal y nos toca recular.



Subimos una pequeña loma y arriba, donde ya puedes tener control sobre el terreno que te rodea, está el campamento donde pasaremos la noche. Cuando estábamos en casa, les escribí para ver si podíamos pasar la noche con ellos. Las cabañas de que disponen estaban ocupadas así que les dije, que con que nos dejaran un rincón en cualquier sitio para estar a resguardo de los animales, ya nos valía y nos dijeron que ok. A cambio les contratamos el servicio de cena y desayuno que nos vinoi de perlas y fue fabuloso.






Bua, desde aquí arriba te das realmente cuenta de donde estás y por donde has llegado por tus propios medios pedaleando.  Siempre lo he dicho, que lo que yo haga, cualquier lo puede hacer y le he quitado mucho hierro a las cosas que he logrado. Hoy estoy contento y orgulloso de haber llegado hasta aquí y supongo que no es cosa fácil y por momentos pienos, que no sé si todo el mundo sería capaz de hacerlo. Ha costado lo suyo pero lo hemos conseguido eee Pedro!!! Grande compañero!!

Mi niña ha viajado todo este tiempo conmigo, me he acordado mucho de ella y espero algún día poder traerla aquí y que vea lo bonito y majestuoso que es esto. Ojalá le sepa transmitir el enorme respeto que le tengo a la naturaleza y lo que me llena poder hacer estas cosas. Me encantaría  compartir vivencias así con ella y que crezca con eso en el corazón para que luego, cuando sea más mayor, se aventure a viajar a lugares así.


Hablamos con los propietarios, nos enseñan un poco las instalaciones y nos dan la buena sorpresa de poder dejarnos una tienda de campaña. Nosotros contábamos con tirarnos a dormir en el suelo con una manta térmica, pero sin duda, esto va a ser mucho mejor, será nuestro hotel de 5 estrellas para eta noche.










Te la has ganado campeón!!



Después de darnos una ducha y ponernos cómodos, subimos a lo alto de la piedra que tenemos detrás del campamento para observar animales.  Hasta ahora íbamos pensando en si veíamos animales que nos pudieran resultar peligrosos, pero no se dio en el camino y mejor. Pero impacta ser consciente y sobretodo verlos con tus propios ojos cuando están tan cerca y justo por donde has venido tu con la bici. El zoom de la cámara da la queda, pero en solo un rato que estamos ahí, a orillas del riachuelo...











Ya empieza a caer el sol y después de un rato super relajante aquí arriba,  tratando de convencerte a ti mismo de donde estás por que aún no te lo acabas de creer, bajamos para cenar con el resto de personas que hay esta noche con nosotros. Realmente somos pocos, un grupo pequeño que han venido para hacer un safari, l staff y nosotros.
A veces no les hace falta salir en busca de nada, desde aquí arriba, tienen un guardia con prismáticos que va observando y cuando localizan un leopardo negro como el de la foto de arriba, leones o especies así más relevantes, agarran los 4x4 y bajan para aproximarse y hacerles fotos y tal.





La cosa no puede ir mejor, nos encienden un fueguecito y vamos charlando con unos y con otros. La parte mala viene cuando nos desaconsejan totalmente seguir la ruta que teníamos dibujada para el día siguiente.  Ya desde el principio, Pedro me dijo que esa última etapa que me quedó dibujada, él la veía muy bestia y sus sospechas fueron cogiendo peso a través de los días de comprobar la dureza del terreno y lo que le cuesta avanzar aquí a la bici. Él no se veía para hacer una etapa tan salvaje, de hecho la más larga con diferencia del viaje cerca de 190km.
Pero no era la dureza en sí por la que nos dijeron que no lo hiciéramos, sino que realmente estábamos muy expuestos a tener algún problema con los animales. No era moco de pavo y sus caras al decirles lo que queríamos hacer, rápidamente se pusieron serias. Viendo por ejemplo que teníamos un leopardo negro merodeando a escasos 500m, pues no les iba a quitar razón.

Entre este punto, y el de salir nuevamente a la carretera, concretamente llegar al pueblo de Nanyuki donde nos vendría a recoger el coche para llevarnos a Nairobi de vuelta, estaríamos completamente solos y es la zona donde más elefantes se concentran, leones, leopardos...

Es cierto que la tensión que llevas es grande y aunque una parte de mi quiere seguir, quiere continuar pedaleando este territorio y salir por el otro lado a la carretera, el sentido común llama a las puertas de mi cabeza, y me dice que ya está bien, que hemos conseguido ya algo increíble y mejor no arriesgarse a estropearlo.
Pedro lo tiene clarísimo así que no nos tenemos que convencer entre nosotros de una cosa o la otra. Pasaremos la noche y la mañana siguiente aquí tranquilos esperando a que nos vengan a recoger y ya regresar por la tarde a Nairobi para empaquetar las bicis y esa misma noche, ir al aeropuerto para regresarnos a casa.



Aprovechamos el rato que nos queda aquí mientras esperamos a Daniel para que nos recoja y nos lleve de vuelta a Nairobi. Desde aquí serán unas cuantas horas de coche, no sé que se va a hacer más duro, regresar quito en el coche dando saltos por esta pista o hacerlo en bici moviendo las piernas jeje.  
Por la mañana aprovecho para seguir mirando y observando la zona. Hacer maletas es fácil, de hecho  ya están hechas, sólo llevo una muda de calle, un pantalón corto negro y una camiseta corta negra, todo lo demás a la as alforjas y de ahí al coche. 
Madrugo y subo a lo alto del montículo cuando aún es de noche para ver salir el sol.





Otros se suben a los 4x4 y se van a buscar al leopardo que vimos ayer o algún mamífero de los grandes.



Mi 4x4 ya está listo también, pero yo los animalejos los veré desde aquí 😅. De momento nos conformamos con el zoom de la cámara.





Sobre el medio día llega Daniel, cargamos bicis, nos despedimos de la gente y el lugar, y nos vamos ya para "casa".


Nos quedan muchas horas así que con calma y a disfrutar del camino y la compañía. La de Daniel por que Pedro se pega una sobada de las buenas el tío jaja, y es un paquete más como las bicis ahí detrás 😂.
Pasamos al lado de Kibera,  considerado como el mayor barrio de chabolas o la mayor favela e todo África y según dicen, el más inseguro de Nairobi. Viven más de 1millón de personas y parece mentira, pero la densidad se cuenta a casi 4 personas por habitación.



Visto desde el aire, se aprecia el amontonamiento y es que no hay ni una sola calle, son todo callejones para ir caminando o como mucho con las motos ligeras que tienen algunos. Pedro quería meterse para hacer algunas fotos pero vamos justos de tiempo y además Daniel lo desaconseja.


Llegamos casi de noche, paramos a comprar unas pizzas y regresamos al apartamento donde estuvimos al llegar unas horas, para recuperar las cajas de las bicis, cenar y con el poco rato que nos sobre, ademas de empaquetar y dejarlo todo listo, tratar de echar una cabezadita. Daniel nos ayuda con todo, nos lleva ¡, nos trae, nos busca pizzería...100% recomendable este tipo.


Con todo listo, nos recoge nuevamente, cargamos bicis y para el aeropuerto. 


Todo hecho y sólo queda ya esperar que frente a las puertas de embarque y cada uno a su destino. Pedro es como los militares que se puede dormir de pie y con un ojo abierto. Que tío, menuda suerte que donde le pille con ganas de dormir, se echa y au. Yo jornadas maratonianas sin dormir, me estoy haciendo especialista en eso 😅. No me quiero perder nada y parece que si duermo, estoy perdiendo el tiempo. 


Y llega el momento de despedirnos. Realmente ha sido un placer y una experiencia como pocas. Gracias por la compañía de estos días y compartir esta experiencia hasta el final. Cota pero muy intensa y de gran calado en nuestro interior. Seguro que compartiremos más por que como decía Rubianes, Dios los cría y el viento los amontona 😂. No es nada fácil toparse con alguien en el camino con quien poder hacer estas cosas. Simplemente el haber quedado aquí en Nairobi saliendo cada uno desde un punto diferente de España y sin habernos visto antes. Pocos lo harían. Pero cuando hablas con gente legal y cercana, todo fluye y se da para que cosas así tiren adelante.  Ahora a darle un poco de descanso al cuerpo y la mente que ya planearemos otra más adelante figura!!!

Un viaje más en el que me he ido con la bici a punto y revisada a conciencia por CriteriumBCN
Gracias Christian y Enrique por hacer que la bici fuera un dolor menos de cabeza en el que pensar. Todo de maravilla!!!

Siempre agradecido a Speedsix por su aportación con estas pedazo de llantas que jamás fallan. Aguantan lo que les eches y en este caso, el terreno ha sido duro duro pero han superado cualquier obstáculo con la misma solvencia de siempre.

Gracias también a Columbus que en este viaje nos estrenamos con ellos y el resultado ha sido estupendo. Material resistente, ligero, impermeable, versátil y además , estéticamente muy logrado. Cuando viajas así, y te olvidas de que llevas mochilas por que no te dan un sólo problema, es que has escogido la mejor opción. 

A mi me queda una etapa aún, y es que después de la escala en Egipto y aterrizar en el aeropuerto de El Prat, me toca abrir la caja, montar otra vez la bici, cambiarme y pedaleando para casa. Es de la forma que me gusta acabar los viajes, llegar a casa con mi bici por Montjuïc, el Tibidabo o la costa. Unos 50km en los que voy pensando en todo lo que ha pasado estos días y como canalizar toda esa energía positiva que traigo y dosificarla en adelante hasta el próximo viaje.


Toca acostumbrarse otra vez al tráfico y las normas para todo.



Esta vez recorreremos todo e el litoral barcelonés y pasaremos por el Estadi Olimpic de Montjuïc para salvar el puerto. No puedo llegar más contento y con la bici que aún trae polvo keniata. No hace ni un día prácticamente que estaba dando pedales en África y ahora los doy para llegar a casa. nunca dejarán de chocarme estas cosas y ojalá que las pueda vivir muchos años más.


Y ahora la otra parte del viaje, el abrazarme de nuevo con mi familia. Desde hace ya años que cada año, por h o por b, unos días nos separamos y aunque cuesta, reconozco que es algo bueno y te demuestra por que les quieres tanto. Echarse de menos es bueno y creo que estos paréntesis, hacen que también cargues pilas y quieras aún más a los tuyos. Me siento muy afortunado de la familia que tengo y que entiende este locura. Siempre he dicho que las parejas están para sumar y no restar para priorizar calidad y no cantidad. Os quiero con locura!!!! 😘


Y puesto el punto y final a este viaje, empezaremos desde ya a pensar en el próximo...


HAZ CLICK EN EL ENLACE PARA VER EL VÍDEO