viernes, 8 de octubre de 2021

ALPES MARÍTIMOS...ETAPAS DE MUCHOS QUILATES!!!

Después de unos días de descanso con la familia y sin tocar la bici, estrenamos el mes de octubre con una semana trepidante por los Alpes Marítimos y en la que, en compañía de mi amigo Jordi, recorreremos algunas de las carreteras más espectaculares por las que haya podido pasar. Pueblos y rincones mágicos en los que te pierdes a propósito queriendo que el tiempo se detenga. Una excelente combinación la de compaginar nuestra pasión por el cicloturismo, la de abordar retos deportivos, y la del buen comer jeje.

El mismo viernes día 1, me pasa a buscar Jordi con su coche y ponemos rumbo a La France...

Una Etapa 0 que sería de transición entre Reus-Tiana y Moustieres Sainte Marie. Unas cuantas horas de coche pero que las llevamos super bien. Buena música, charlas distendidas tocando muchos temas (hacía tiempo que no coincidíamos y tocaba ponerse al día jaja) y frutos secos para calmar el hambre que dan siempre estos desplazamientos jaja

Llegamos al pueblo ya bien entrada la tarde y claro, los horarios franceses no son los nuestros, y más cuando vas a pernoctar a un pueblecito como este. 

Buscar el alojamiento es tarea fácil, que nos den de cenar, quizás ya no lo sea tanto jaja. Pero estamos de suerte, después de dejar las bicis a buen recaudo, el coche bien aparcado y habiendo desempaquetado, hablamos a recepción y conseguimos que nos suban unas pizzas!!!

Viernes de pizza para posterior sábado de ETAPÓN!!! Es un combo al que cualquier cicloturista no le hace ascos jaja.

E1 Moustieres Sainte Marie - Gorges du Verdon           142km 3463m+ 5h53'


Tremendas las ganas que tenemos de empezar la jornada y muchas expectativas en una etapa que nos llevará a recorrer parte de los Alpes de la Alta Provenza y el Parque Natural de la Región du Verdon.


Salimos de Mousiteres en busca del Lac de Sainte-Croix, 
un lago artificial formado por la construcción, entre 1971 y 1974, de una presa de arco de hormigón armado con el nombre de presa de Sainte-Croix. Es alimentado por el río Verdon, en la desembocadura del desfiladero de Verdon. Aguas azul turquesa y dependiendo del lado al que mires desde el Pont du Galetes, pues ves su parte más amplia con algunas mini playas de arena fina, o la más angosta con acantilados vertiginosos que se alzan a lado y lado siguiendo a contracorriente, el curso del Río Verdon.




Primeros compases con alguna zona de falso llano y algunos repechos hasta que tomamos el primer desvío que nos llevará hacia las Gorges du Verdon. Comienza puerto!!!!!



Iniciamos una subida cómoda y sostenida que se prolongará durante los próximos 12km.
Paisaje muy cambiante al paso de los km iniciando por una zona muy abierta y verde antes de llegar al pueblo de Aiguines.


    

Destaca sobre éste la iglesia de Sant-Jean que data del 1639, de estilo románico a pesar de tratarse de una iglesia posterior a la Edad Media.  Ya anexado a ésta, un castillo privado que guarda una posición magnifica con unas vistas espectaculares sobre el lago.



Seguimos la marcha y pronto la carretera empezará a ganar calidad paisajística. Nos acercamos a la primera parte de curvas de herradura y una zona en la que ya empiezan a asomar los miradores y acantilados según llegamos al Col d'Illore.









Yo hoy no voy, como se suele decir, muy pimpante jeje. Las piernas no acaban de funcionar y el motor no carbura bien, pero me da igual por que es tal la belleza de este parque, que no puedes dejar de estar pendiente de cada curva, de cada rincón, de querer descubrir que hay tras cada cambio de dirección, y es que ir desdibujando el curso del río desde las alturas, es una delicia.

El río Verdon ha ido dibujando este cañón con el paso del tiempo. Ha horadado la meseta sobre la que se asienta, al sur de los Alpes y al norte de la Provenza. Y lo ha erosionado para nuestro deleite, creando un paisaje espectacularEsta zona de Francia es un destino muy solicitado en época estival. Lo es por su ubicación, a medio camino entre la Provenza, la Costa Azul y el sur de los Alpes franceses. Pero también por su naturaleza mayúscula. Las aguas turquesa del río Verdón coquetean aquí entre las gargantas que le dan su nombre y fama.
A lo largo de esta ruta es posible pararse a contemplar caídas que van desde los 200 a los 700 metros, dependiendo de la zona. Sin duda poco aptas para quienes padezcan vértigo. Asomarse a las Gorges du Verdon produce esa sensación de inmensidad de los paisajes únicos.




Estamos haciendo una ruta circular, de hecho es la Route des Crêtes que son 140km bordeando por un lado y por otro estas fascinantes gargantas y que mires desde donde las mires, no dejan de impresionarte.



Una de las cosas interesantes es que pasas por puntos que en ese momento te parecen alucinantes, por donde están, por que te pones en situación de lo que debió suponer conseguir hacerlos para que nosotros ahora los disfrutemos, pero además, cuando tras muchos km de curvas, subidas y bajadas, llegas al punto opuesto de la garganta, y ves ese mismo punto desde otra perspectiva...WOW!! eso es lo que pasa con el Tunel du Fayet. A la ida lo cruzamos y a la vuelta lo vimos desde el otro lado de la garganta. Sea como sea, es una chulada.





Igual pasas un túnel así como luego lo haces por un puente como el de Artuby



Jordi y yo vamos haciendo sin prisa pero sin pausa. El clima es perfecto, para lo turística que es esta zona, vamos realmente tranquilos y sin problemas de coches o motos que vengan por aquí a toda prisa. Estamos saboreando cada contoneo de la carretera esquivando las irregularidades del terreno.  








En el pequeñísimo pueblo de Jabron, hacemos un quiebro que indica que en breve empezaremos a desandar el camino y regresaremos sobre nuestros pasos, pero por el otro lado del río. 
Francia es un lugar como pocos para hacer cicloturismo, estamos enamorados y por eso hemos venido ya tantas veces. Pero es que no te lo acabas, hay muchos lugares increíbles y falta tiempo.


Nos acercamos al ecuador de la ruta y antes del pueblo de Castellane, donde pararemos a rellenar los depósitos, pasamos otro congosto siguiendo el Torrente de Rayaup, con unos tramos realmente bonitos. Si se encuentran dos vehículos de cara en según que puntos...




Llegamos la pequeña y agradable ciudad de Castellane, etapa en la ruta de Napoleón, se encuentra rodeada de bonitas montañas preservadas y se asienta a orillas del río Verdon. Dominada por la silueta de la famosa roca de la capilla de Nôtre Dame du Roc, la antigua ciudad provenzal muestra sus callejuelas pintorescas, sus vestigios fortificados, como la torre pentagonal y la puerta del reloj, y la hermosa plaza Marcel Sauvaire, centro de la animación de Castellane. En el n.º 34 de la calle Nationale se encuentra la casa en la que Napoleón hizo un alto para almorzar el 3 de marzo de 1815 a su regreso de la isla de Elba.
La capilla se ve según llegas por la carretera pero has de alzar la vista por encima de ese paredón calcáreo que se ve al fondo...


Tras cargar pilas con un unos bocatas y unos refrescos, vamos haciendo la digestión al compás de nuestras pedaladas por una zona cómoda y favorable.  Pero sabemos que esto es sólo un espejismo, pues nos queda por subir aún, entre otras, la cota más alta del día superando los 1300m.






Cerca del pueblo de La Palud-sur-Verdon, puedes hacer un bucle extra por el Collet Barris, o ahorrarte casi 10km de subida y otros tantos de bajada par seguir la ruta. Pero sin duda, perderte ese bucle es un gran error ya que, aunque sí, la subida es exigente y más cuando no tienes el día, los miradores que hay en el camino, no tienen desperdicio y ya para cuando empiezas a bajar, hay un cambio brusco de paisaje pasando de una zona verde y boscosa, a otra blanca caliza que no te dejará indiferente.








Y cuando echas la mirada atrás y ves lo que has recorrido, se te ponen los pelos de punta!!



Y antes de llegar nuevamente a la zona del lago, coronamos el Col d'Ayen, el último escollo antes de iniciar un tramo rapidísimo y en el que yo particularmente disfruto como un niño pequeño. Mientras iba bajando a lo que daba, aparecen un grupo de colegas con sus coches deportivos. Un Ferrari, algunos Porsche, un Skyline...me adelantan 2 pero el resto no pueden, la carretera es muy revirada y como es favorable, yo puedo ir bastante rápido con lo que no es sencillo pasar. Jugamos un poco al gato y al ratón aunque ya sé que con una mínima recta o curva visible, me pasarán todos por encima jeje, pero mientras tanto, yo no voy a dejar de divertirme jeje.


Para ser el primer día, la etapa ha sido de 10!!!.Va a ser complicado superar esto, pero nos esperan unos días por delante en los que tenemos muchas expectativas puestas, así que "we'll see".

Para acabar de rematar la jornada, una vez estamos en el coche, dejamos cascos, botas, vaciamos bolsillos y nos vamos con las bicis a dar un paseo por Mouestieres. Fundado por monjes en el siglo V, siendo ellos quienes instauraron la tradición de sus famosas cerámicas.
Moustiers-Sainte-Marie está incluida en la lista de Les Plus beaux villages de France. Además de su pintoresca ubicación al pie de un acantilado (que origina una cascada en pleno centro urbano durante los deshielos de primavera) y sus vistas sobre el macizo de Valensole, destacan su iglesia gótica, con un hermoso campanario, y la capilla de Notre-Dame-de Beauvoir, enclavada el un escarpe de las rocas que dominan la localidad, de estilo Románico tardío.








Y ya que estamos, imposible resistirse a subir hasta la capilla para verla de cerca y también, las vistas sobre el pueblo y el macizo. Un poco de penitencia subiendo con las bicis a cuestas que hará que nos ganemos bien la cena jajaja. Estos metros positivos no los contamos en la etapa jajaja









Ahora sólo nos quedaba hacer la transición y tercera parte del triatlón jajaja. El sector bici ya estaba hecho, el del pateo también y nos quedaba el de coger el coche para desplazarnos unos 130km para llegar a Cagnes sur Mer, a pies del Mediterráneo.



E2 Cagnes Sur Mer - Col de Vence - Grasse
103km 1825m+ 4h5'


Después de llegar al apartamento ayer por la tarde, organizarnos, hacer de esos pocos m2 nuestro campo base para los próximos dos días, y levantarnos con muchas ganas de descubrir un poco más de esta zona de los Alpes Marítimos, nos ponemos en marcha!!!!

Hoy daremos una buena vuelta adentrándonos en el Parque Natural Regional de los Préalpes d'Azur, que se extiende entre los 300 y los 1.800 m de altitud, sobre 47 municipios, abarcando paisajes diversificados, debido a la doble influencia climática mediterránea y de montaña: roquedales y páramos áridos, valles, desfiladeros y pistas, zonas forestales y llanuras de cultivo o pastoreo. 

Pues para allá que nos vamos pero antes toca callejear un poco y alejarnos de la zona más poblada. Y durante los próximos 20km, no dejaremos de subir hasta coronar el Col de Vence.



Una subida cómoda, sin % de aquellos que echen para atrás y que si vas bien de piernas,  puedes ir rápido. Hoy segunda etapa y yo espero ir a mejor. Por el momento, pongo mi ritmito y el día empieza mejor que el de ayer. Las piernas no están del todo en su sitio pero ya pruebo de ir más rato, sin pasarme, pero tensando un poco.
Pasamos a un grupo de ciclistas que estaban parados en una zona de aparcamiento y enseguida arrancan detrás nuestro.  Yo no sé si Jordi es el que va detrás mío, o ya es uno de ellos pero pasadas unas curvas, llevo una rueda enganchada y parece que no se va a soltar.
A falta de unos km, me pasa y aprieta un poco más, no es Jordi, es uno de los de la grupeta y tiene pinta de que va a ser un mano a mano entretenido jeje.
Yo voy con ganas de entrar al trapo, otra cosa será si me aguantan las piernas. Cambio la pantalla del garmin y pongo el perfil, voy calculando lo que queda y la pendiente se mantiene estable. Consigo que no me suelte mientras voy observando su bici con todosesos  los detalles lightweight que lleva el hombre. Que poquito ha de pesar esa bici y lo que ha de costar jeje.


En la última parte le vuelvo a secundar y pienso en soltar un latigazo, pero no tiene caso oye, un choque de manos al llegar arriba, no estará mal. Estamos en plan cicloturista pero a mi la vena competitiva me sale rápido hasta con mi propia sombra si se me adelanta una miaja jaja.


Bueno, parece que las sensaciones poco a poco irán volviendo y como nos quedan varios días por delante, espero acabar la semana mucho mejor de lo que la empecé. 
Después llega Jordi con su cannondale y juntos nos haremos una foto...un puertecito más company!!




Parece que hay una prueba ciclista, quizás una marcha pero aquí arriba hay una mesa montada con árbitros y tiene pinta de que haya una crono escalada o algo así por la vertiente que nosotros bajaremos. Bueno, de hecho bajamos poco. Nos queda un terreno en el que hay que rodar unos 7km más hasta que hacemos con tramo rapidísimo en bajada.




Vamos camino del bonito pueblo de Greolieres donde podemos parar a rellenar los bidones en unos de esos antiguos lavaderos reconvertidos y que además de tener su propia función, hacen de fuentes y de preciosos adornos en estos pueblos tan encantadores.






Salimos del pueblo y viene otra buena tanda de km de esos con magnetismo. Una zona donde parece que puedes ir pedaleando a mayor velocidad pero que en realidad, vas casi soldado al asfalto y esa sensación no desaparece hasta que, realmente, la carretera empieza a bajar o a subir de verdad.


Pero no pasa nada, vamos hablando un poco de todo, que no quiere decir que vayamos parados ni mucho menos, pero si que tramos así, se amenizan mucho si vas en compañía de algún compi como Jordi. Podemos hablar de bicis, de música, de nuevos viajes, de trabajo, de pan jaja...aunque no lo parezca, de vez en cuando también hablamos de trabajo, y es que los dos somos del mismo gremio pero no sólo del que ocupa ahora la mayor parte de nuestro tiempo, sino que también hablamos del trabajo que nos gustaría realmente hacer teniendo nuestra empresa de tours cicloturistas.  Y como soñar es gratis, pues eso, a darle al pico mientras seguimos pedaleando.



Mientras tanto, los km caen y los puertos de montaña también. Estos son de menor entidad pero oye, hay que llegar hasta aquí para hacerlos...
En esta última parte, el puerto es muy asequible con una zona en la que puedes cargar el plato y dar rienda suelta a esas ganas locas de ir rápido de verdad. Yo aprieto lo que me dejan las piernas y me distancio de Jordi. Jugamos un poco al pilla pilla y aunque aquí no nos espera nadie, los dos hacemos por mantener viva la llama de la competitividad. Además de pasión por el cicloturismo, compartimos equipo hace no mucho y ambos somos unos forofos de las clásicas del norte y todo lo que las rodea.


Una ligera bajada y otro repecho pasando el Col du Ferrier antes de bajar al pueblo de Saint Vallier de Triey.


A la llegada al pueblo le preceden unas vistas preciosas según desciendes por la carretera, la cual tiene alguna curva de herradura desde la que se pueden hacer buenas panorámicas.




Ahora si que ya es todo o casi todo, salvando algunas tachuelas, terreno favorable de camino a la costa. Pasamos por la ciudad de Grasse, capital de la región de la Provenza Oriental, destaca como centro mundial de la industria dedicada a la elaboración de perfumes y fragancias.
Y a partir de este punto, ya siempre por un terreno más rompe piernas y más urbanizado. La verdad es que se pueden hacer unos circuitos impresionantes por estos laberintos de carreteras que van enlazando un pueblo tras otro.


Al llegar, como tenemos el apartamento a pie de playa, pues por que no ir a meter las piernas a remojo. Seguro que me vendrá bien para la próxima etapa. Aunque ya veremos como se levanta el día por que las autoridades francesas, no paran de advertir que buena parte de toda esta zona entrará en alerta por las fuertes tormentas que están por llegar a lo largo de las próximas horas.




Pero nosotros somos muy positivos y seguro que de un modo u otro, a una hora o otra, saldremos a rodar un rato. Aunque quieres aprovechar al máximo todos los días,  no hay que desesperar, que quedan buenas etapas por delante y oye, si no podemos salir, pues ya buscaremos un plan alternativo.
Por el momento, cargar pilas, las cargaremos y a base de bien. Encima, hoy dan la París -Roubaix en directo. Así que mañana veremos si podemos salir, pero de momento, que nos quiten lo bailao!!




E3 Cagnes Sur Mer - Cap de Saint Paul de Vence
75km 890m+ 3h


Hoy las previsiones se cumplen y las tormentas están por todas partes, así que nos vemos obligados a empezar a pedalear más tarde y además, tirar de improvisación dibujando una ruta que vaya esquivando los nubarrones y aguaceros. 
Nos calzamos los botines de agua, el gabba y ale, a echar unos km sin alejarnos demasiado.



Empezamos desplazándonos un poco con el coche por que no deja de llover cerca de la playa y así, nos quitamos algo de tráfico de encima. Aparcamos en el pueblo de Saint Paul de Vence, un pueblo de cuento de hadas del que luego hablaré y pondré un montón de fotografías. 


Primeros 8km en ascenso por callejuelas y carreteritas super divertidas, repletas de toboganes, continuos sube bajas, curvas, pasos por pueblos preciosos...vamos, que hoy seguro que haremos alguna que otra carrerita ilegal jajaja, pero también nos tomaremos nuestro tiempo en hacer algo de turismo.


Justo dejamos de subir cuando llegamos al pueblo de Tourettes sur Loup, otro de los pueblos en los que vale la pena perderse un poco por sus callejuelas cautivadoras.







Damos unas vueltas, hacemos unas fotos y regresamos a la carretera para seguir, pero a la salida del pueblo, otra mini parada para ver desde lejos, el exterior de esa contignación de callecitas que conforman el nucleo de Tourettes,



Ahora un tramo cómodo hasta Le Figueret, donde cruzamos el puente sobre el río Le Loup, a las puertas de las Gorges du Loup, un atractivo lugar que recorreremos mañana. 
Pasamos el puente y empieza un segmento de subida hasta llegar a Châteuneuf-Grasse. Jordi está peleón y desde abajo pone un ritmo interesante. Le dejo hacer pero cuidado, que se ha venido arriba y va realmente bien. Aguanto a rueda y a nuestro paso por Le Bar sur Loup, unas obras nos rompen el ritmo. Paso delante para darle el relevo y progresivamente voy aumentando el ritmo al tiempo que voy calculando lo que nos queda para llegar arriba. Me acabo llevando el gato al agua y vuelta a empezar jeje. Hoy no pasaremos de los 425m+ y de hecho, este es el punto más alto y desde aquí, empezamos a bajar hacia la costa por que el cielo está realmente encapotado y ya que estamos librando al chapuzón, mejor no tentar demasiado a la suerte.
No obstante, nos quedan unos cuantos repechos donde apretar los dientes a base de bien, así que hoy, haremos pocos km, poco desnivel pero donde las piernas y las ganas nos den, habrá que darlo todo.

Nos vamos directos hacia Antibes, llamada inicialmente Antípolis, fue un establecimiento comercial helénico fundado por focenses procedentes de Marsella. Después sería ciudad romana y de 1384 a 1608, feudo de la familia Grimaldi. Pasó al Reino de Francia el 10 de diciembre de 1481 a la muerte de Carlos V de Maine, conde de Provenza. Fue saqueada por las tropas imperiales dirigidas por Andrea Doria en 1536 y asediada infructuosamente por austriacos, sardos y británicos entre el 5 de diciembre de 1746 y el 1 de febrero de 1747 durante la guerrra de sucesión austríaca.
Tras nuestro paso por sus calles, llegamos al cabo que lleva su mismo nombre y no podemos dejar de embelesarnos con semejantes mansiones que ocupan terrenos enormes en este cantón tan privilegiado. 











Perfilamos todo este litoral, pasamos por el Puerto Vauban y dejamos de lado el Fuerte Carré, una fortaleza en forma de estrella del siglo XVI con cuatro bastiones en forma de punta de flecha.


Y seguimos en primera línea de mar dirección Niza, con esas aguas color turquesa que bañan la Riviera Francesa.






Pero llega el momento de abandonar la costa y empezar a subir hacia la montaña ya que tenemos el coche 6km más arriba de donde estamos ahora. Un poco de callejeo y ponemos rumbo a nuestro final de etapa que, hoy se nos ha hecho muy corta, pero bueno, también nos dará frescura en las piernas para las etapas venideras.


Tras un final luchado hasta el último metro entre un Jordi muy combativo hoy, y un servidor mu cansino jeje, nos hemos ganado un paseo relajado por el lindo pueblo de Saint Paul de Vence, considerado como uno de los pueblos más bellos de Francia, junto al Mont Saint Michel y Vezelay. 

Un pueblecito de piedra cuidado y restaurado. Situado en lo alto de una colina, en pleno entorno provenzal, próximo al Mediterráneo y con un clima cálido. Todos estos atractivos han hecho que el pueblo se convirtiese desde finales del XIX en el destino preferido de muchos artistas, como Matisse, Renoir, Miró, Yves Montand o Cocteau. La tradición artística de la comarca ha hecho que en St Paul se instalen numerosas galerías de arte y muchos pintores o escultores. Pasear por sus callecitas, es muy inspirador y parece que estés en un lugar realmente mágico sacado de un libro de cuentos.

De su patrimonio y monumentos, destacan entre otros,  La muralla del siglo XVI, construida por orden de Francisco I en 1540, contribuyó a dotar a Saint-Paul de una función de plaza fuerte militar y de un estatuto de «villa real». Rodea el pueblo y se extiende a lo largo de un kilómetro. Constituye uno de los monumentos más importantes de Saint-Paul de Vence. Por otro lado, están la torre del Esperon de planta cuadrada que pertenecía a la muralla medieval y está formada por tres niveles. La torre-puerta de Mâchicoulis o «Porte de Vence», que constituye uno de los raros vestigios de la muralla medieval de Saint-Paul. Y el bastión del Dauphin (siglo XVI) que junto al bastión Real que tiene enfrente, defendía la entrada norte del pueblo. En cada uno de los dos flancos del bastión, había una casamata en la que se situaba una pieza de artillería. El Torreón (donjon) (s. XII-XIV), es la única parte del castillo que ha llegado hasta nosotros. En lo alto se puede ver una campana de 1443 con la inscripción latina «hora est jam de somno suggere» (las horas nos invitan a soñar). La Iglesia de Saint-Paul, cuya construcción se extiende a lo largo de los siglos. XIV, XVI, XVII y XVIII, constituye una mezcla de épocas y de estilos.Plaza de la Grande Fontaine. Antigua plaza del mercado, se encuentra situada en el corazón del pueblo en el siglo XVII. Los habitantes de Saint-Paul venían a buscar agua a su fuente monumental o a lavar la ropa en el hermoso lavadero con arcadas. Y una vez por semana, se organizaba el mercado. Hoy en día, podemos admirar la plaza, la fuente y el lavadero perfectamente conservadas.

Y con tantas cosas que ver, imposible no hacer muchas fotos de esta perla provenzal...





Mires a donde mires, no dejarás de sorprenderte. Cada rincón esconde algún detalle maravilloso.










Arte, gastronomía, esculturas...pueblo pequeño, pero enorme todo lo que puede ofrecerte.


















Y entre tanta cosa bonita...esta preciosidad que me lleva a lugares increíbles, me quita las malas pulgas, me da muchas alegrías, hace que me esfuerce, que no me rinda, consigue mantenerme a raya y al mismo tiempo me da mucha vida...


Por el mismo sitio que llegamos, nos marchamos, deshacemos el camino hasta el coche. Esta mañana hemos empaquetado todo en él y ahora, recién acabada la etapa, nos desplazaremos a Grasse para instalarnos en otro apartamento y así, mañana empezaremos ruta desde otro punto.



Vamos a unos apartamentos estudiantiles que están de lujo. Amplios, con terraza, piscina (aunque no la podremos usar con la que está por caer otra vez), hemos dado un salto cualitativo y para celebrarlo, una etapa más acorde con nuestras intenciones.

Y lástima del aguacero bestial que ha caído hoy que sino, acabamos haciendo balconing a la piscina jajaja.  Misma rutina de ayer, dejamos ya las cosas bastante recogidas.




E4 Grasse - Gorges du Loup
138km 2615m+ 5h35'


Después de desayunar, cargamos bicis en el coche y como no queremos perder tiempo, vamos directamente a las afueras de Grasse, aparcamos a pie de carretera y desde allí, partimos dirección Le Tignet. Con más o menos porcentaje pero después de dejarnos caer un par de km, los siguientes 75,  serán siempre con terreno ascendente.
Hoy alargamos km y aumentamos desnivel+, aunque superar lo de ayer no era cosa complicada si el tiempo nos respetaba un poco.


Mientras estamos en lado mar, el clima se mantiene, vamos con el chaleco pero el Sol nos acompaña. Las vistas despejadas y claras pero en cuanto empezamos a virar hacia el norte, llegando a la población de Saint Cézaire sur Siagne, la bruma se cierne sobre nosotros y la humedad va calando en nuestras prendas de licra fina. Por suerte, seguimos subiendo y así, nuestros cuerpos se mantienen calientes.




Poco a poco vamos ganando altura, terreno tendido y porcentaje muy sotenido. Crucemos los dedos por que en breve superemos estas nubes bajas y el Sol nos acompañe de nuevo.


Llegamos a Saint Valier de Thiey y paramos a repostar en esta fuente. Ya venimos subiendo pero ahora aún se acentúa más y encaramos la última parte de la ascensión al Col de la Fayé.


Vuelta a la claridad y a gozar de unas vistas espectaculares. Este puerto no es que tenga mucho atractivo en cuanto a seguir por una carretera curveada, es como el inicio del Col d'Adet, una recta para un lado, curva de herradura y otra recta para el otro. Pero las vistas compensan...










Vamos siguiendo la Ruta de Napoleón y encaramos ahora otro puerto.  Después de la Fayé, una pequeña bajada y en seguida estamos subiendo otra vez. Ahora ya vamos a superar los 1000m echándonos a la mochila otro puerto, el Col de la Colette.



Además de que no dejamos de subir, el viento nos está complicando la labor de avanzar rápido, pero no importa, andar por estas carreteras es un lujo y si podemos echar unas cuantas horas, pues bienvenidas sean.




Seguimos para bingo jeje. 


Ya hemos ido al punto más alejado al este que marcaba la ruta y ahora empezamos a retroceder por la parte norte de la misma. Viene una zona en la que me siento comodísimo, falsos llanos con largas rectas en las que las piernas me piden guerra. Animo a Jordi para ir un rato fuertes por aquí y que si quiere nos damos unos relevos o voy haciendo yo mientras me aguanten las piernas.


Vamos completamente solos, a penas nos hemos cruzado con un par de coches y los únicos que nos han hecho despistarnos un poco, han sido estos bisontes.



Pasamos el Col du Castellaras y vamos dirección de Gréolières e iniciamos un descenso por una carretera espectacular siguiendo la ruta de Thorenc.


Pasamos la Clue de Gréolières y el Pas de Tous Vents, puntos en los que es imposible no hacer un alto en el camino para hacer unas fotos. Una colección de túneles y acantilados encaramados en un camino excavado en las rocas. si está catalogada como una de las rutas más impresionantes del mundo por algo será. 
Una carretera espeluznante cortada en estos acantilados escarpados de alta montaña.  








Y después de pasar este tramo sobrecogedor, llegamos a Gréolières, un bonito pueblo medieval engarbado en una cresta contra el flanco sur de la montaña Cheiron, en las colinas a 25km de Grasse. 



Llevamos 85km y hacemos una breve parada para tomar unas cocacolas y alguna tontería para comer, pero algo que no sea una barrita jeje. Entramos en un pequeño colmado donde parece que el ritmo diario no es que sea muy ajetreado jeje. Aquí Don Minino no me quería dejar pesar la fruta jaja


Hablamos un rato y comentamos la pedazo ruta que estamos haciendo. Ahora,  casi hasta llegar a Grassa, tan solo salvando una pequeña tachuela, es todo terreno favorable, pero nos hemos dejado un postre potente. 
Pero antes, hacemos otro tramo espectacular siguiendo el curso de Les Gorges du Loup.








Salimos a Le Figueret, punto por el que pasamos ayer y donde nos dimos un buen calentón en el tramo de subida para llegar a Châteaunuef-de-Grasse. Repetimos este tramo pero al llegar al final de la subida, hoy giramos a la  derecha, hacemos un pequeño tramo favorable y ahora, como guinda a este rutón, 12km de subida y casi 1000m+ por una carretera que empieza siendo amplia y cómoda, para pasar a una carretera prácticamente de un sólo carril, sin apariencia de que la utilicen vehículos y que nos llevará a los 1200m acabando en un punto en el que sólo puedes dar media vuelta y dejarte caer por donde viniste.
Inicia desde Grasse por la Ruta de napoleón (D6085) y luego toma el desvío al Centro Penitenciario de Grasse siguiedo la Route des Genêts y la de la Malle


En la parte inicial, la que tenía muy bien asfalto, Jordi me saca de punto y se marcha unos metros. Soy consciente de que queda muuuucha subida y que seguramente, viendo el perfil, queda mucho tramo que endurecerá una ascensión que ya de por sí, va a ser exigente.
Me encanta que me pongan contra las cuerdas y más en subidas así. Ya sé que yo de escalador tengo lo mismo que de monje, pero si algo se hacer sobre la bici, es regular cuando se trata de esfuerzos prolongados. Llevamos más de 100km en las piernas y esperaré el momento oportuno para intentar dar caza a Jordi y ya no parar hasta arriba.


Y ese momento es justo en el cambio de carretera. Cuando ésta tornase estrecha y maltrecha, doy un lap, y después de pasar a delante de Jordi,  pongo mi marcheta y ya así hasta arriba. Consigo cogerle unos metros y enseguida que la pendiente afloja un poco, cargo el plato y acelero lo que puedo para que no me vea de curva a curva jajaja. El factor psicológico es muy importante jeje


Los 2.5km finales son terroríficos en los que la carretera se empina bastante, con algunos puntos muy jodidos, con perdón, y también con algo de graba. Después de la tensada que llevamos encima, este colofón esta poniéndonos contra las cuerdas a base de bien.


Conseguido y sin entretenernos mucho, pues sopla un aire gélido y estamos empapados, nos dejamos caer por donde hemos venido para ir directos al apartamento. Bueno, primero a por el coche y luego a comprar alguna pijada para acompañar la cena que prepararemos en casita. Pero ya no será en Grasse, hacemos transición y después del sector bici, ahora toca el de coche.







Nos metemos en el coche y otra paliza de 100km por carreteras y autopista para llegar a Puget Théniers. Como los profesionales jeje, acabamos la etapa, nos montamos en el autocar de equipo y que nos lleven...a no!!! Hoy nadie nos ha dado bidones, ni geles por el camino, no nos ha esperado ningún auxiliar con la mochila al llegar al final de etapa, no ha habido masaje y al super vamos nosotros jajaja.

Cada uno ha traído ya de casa un poco de todo. Bueno cosas básicas y fáciles de llevar de apartamento en apartamento sin que se pongan malas y así, ya nos ahorramos de comprar por aquí en los supermercados...arroz, pasta, atún, aceite de oliva sal, refrescos...es lo bueno que tiene viajar así. El coche entero para cargar todo lo que haga falta y las bicis en el porta bicis.
Luego, para hacer ensaladas, pan, queso, frutas...todo eso lo vamos comprando en el día tras finalizar cada etapa y por las noches, sin necesidad de salir a cenar por ahí, nos quedamos más a gusto que Dios.


Mañana promete mucho, etapa de alta montaña y seguro que hará más frío que estos días atrás. Muchas ganas de conocer esta zona alpina y de ver a que parajes nos esperan.



E5 Puget Thenieres - Pierlas - Valberg - Gorges de Daluis
121km 3210m+ 5h10'


Cuando llevas los km que llevamos de tanta calidad paisajística, es complicado pensar que aún lo bueno está por llegar. Pero junto con les Gorges du Verdon y las Gorges du Loup, la etapa de hoy es de lo mejor de todos estos días, en concreto el paso por otro tramo de muchísimos quilates...Les Gorges de Daluis!!!

Adaptación y un poco de tetris en el nuevo apartamento, pero nos amoldamos bastante bien y como ninguno de los dos pone demasiados problemas, pues oye, mientras tengamos un sitio para dormir, podernos duchar con agua caliente y cocinar, el resto de extras, como que no nos importan demasiado.

Se nota que estamos en una zona más de montaña y la temperaturas han caído ligeramente. Por la mañana desayunamos bien e iniciamos la marcha siguiendo el curso del río Var, que nace a unos 1800msnm, en los Alpes, a los pies del Col de la Cayolle y desemboca en el Mediterráneo, en la ciudad de Niza.


Un inicio cómodo pero frío durante 8km antes de tomar un desvío a la izquierda para remontar ahora el río Cians y disfrutar de les Gorges que llevan su mismo nombre.





Una parte sombría pero que deja entre ver, en las partes más altas de estos gigantescos acantilados, que el Sol, pronto nos vendrá a animar la mañana. 
Nos desviamos por la carretera de Notre Dame hacia el pueblo de Pierlas.


Cada curva nos regala un guiño a la majestuosidad de estas montañas. Una carretera estrecha que se adentra en estas zonas angostas que te hacen parvo y que además, las puedes disfrutar con toda la calma del mundo ya que por aquí, no pasan a penas coches. Nosotros no hemos visto y eso se agradece muchísimo.















Luego llegas a un giro ciego, volteas un saliente y la carretera se empina un poco. Cuando ves los lacets que se te vienen encima...WOW!! pero que chulada!!! Alicientes a una carretera que ya de por si nos está dejando pasmados...






Menudo scalextric!! Pasas estas curvas, la carretera se va agarrando a la ladera de la montaña y los % de dos dígitos se van sucediendo al paso de los km.




Pero si esta caseta con sus tendidos eléctricos me dan la sensación de dibujar una cara feliz, pues será una señal para que nosotros, a pesar de que estamos sudando la gota gorda, pues no dejemos de sonreir tampoco.


Paso fugaz por el pueblo de Pierlas y atacamos la última parte de esta ascensión para llevarnos el primer premio de montaña del día,  el Col de la Sinne de 1438m.





Hasta el pueblo ha habido un poco de tregua y entre las fotos y demás, pues hemos subida afilando los cuchillos pero sin pincharnos. Pero desde que dejáramos las casas a nuestras espaldas, la batalla estaba servida y la verdad es que nos lo pasamos genial atacándonos hasta los últimos metros. 5km finales que han servido para coger los primeros puntos de la montaña, el mallot de topos y el de la combatividad jaja.



Llenamos los bidones y empezamos un descenso técnico, con un asfalto que requiere toda tu atención por que está algo botoso y que ofrece unas vistas magnificas a estas cadenas montañosas que nos rodean.








15km de ascenso para La Sinne, otros tantos ahora de descenso hasta llegar a la carretera general que sigue el río Tinée, y tras unos 4km de falso llano pero siempre picando hacia arriba, una primera ascensión de 20km al Col de Couillole y luego, el remate final con la subida a la estación de esquí de Valberg.


Esto es una mina y nos falta tiempo para poder hacerlo todo. Pero seguro que volveremos a esta zona por que da mucho juego y además, no me importaría repetir algunos de los tramos ya hechos.





Empieza la fiesta!!! Esta vez, ya desde abajo. Los dos nos conocemos perfectamente y no nos importa que cada uno ponga su ritmo y si por lo que sea nos vamos separando, pues arriba, el primero que llegue se espera y tan amigos. Jordi estaba más guerrero en el anterior y éste parece que se lo tomará con más calma. En cambio yo me noto bien y pongo ese ritmo mío percherón que no es de ir al 100%, pero se puede hacer cansino sobretodo si lo mantienes durante 20km, sabiendo lo que queda aún por delante después de coronar y con todo lo que ya llevamos encima. Sin duda esta sería mi especialidad, la de mantener ritmos algo incómodos en situaciones de ya mucha fatiga acumulada.





Menudo señor puerto del Parque Nacional de Mercantour, meca del montañismo y uno de los parques más frecuentados de Francia con el Gélas, el pico que domina el macizo siendo el más alto de los Alpes d'Azur con sus 3143m.


Sigo abriendo vía y llego a pies del pueblo de Roubion, asentado sobre la pared de roca caliza de la montaña y abrigado por este bosque que en otoño, aún ensalza más su belleza.



Últimos 5km en los que aún puedo poner un punto más y tras esta larga ascensión, corono y paro a esperar a Jordi para seguir juntos un tramo de descenso antes de encarar el último tramo de subida a Valberg





Llegamos arriba y Jordi propone parar a comer algo. A mi no me hace mucha gracia por que luego, con el estómago lleno, igual nos quedamos helados bajando, pero bueno, también tiene su gracia hacer un alto en el camino aquí arriba.






Un rato agradable en el que comentamos lo visto hasta ahora y nos emocionamos pensando en lo que está por venir.





Bajada hasta el pueblo de Guillaumes, pueblo donde empieza el cañón que corre de norte a sur, al oeste del Dôme de Barrit y termina en la pequeña comuna de Daluis, donde el río Var se ensancha. El desfiladero de 6 km de largo está excavado en la roca roja, arenisca coloreada por el óxido de hierro. Paredes de hasta 900m de largo por las que discurre la carretera atravesando un total de 17 túneles perforados en la montaña manteniendo la mayoría en un sólo sentido.

Las gargantas de Daluis, modeladas en las lutitas rojas del Pérmico, ofrecen un paisaje tan espectacular como insólito, parecido a un cañón; de ahí su apodo: «pequeño Colorado nizardo». Sus barrancos empinados pueden alcanzar 300 metros de profundidad. Por su estrechez, el río Var que discurre en su fondo se vuelve a veces en un torrente impetuoso.

En todos estos años he pasado por muchas carreteras, pero sin duda, estos 6km, los podría poner en mi top3 de carreteras más impresionantes. Valorando su sinuosidad, paisaje que la viste, alicientes como los túneles y puentes como el Pont de la Marie, que con sus 80m de altura, es uno de los puntos más vertiginosos de las Gargantas.


















Para cuando sales de la zona más angosta, el escenario cobra amplitud y seguimos por un terreno favorable hasta cruzar el Pont sur le Var y seguimos a ritmo juguetón hasta hacer una parada en el pueblo de Entrevaux. 




Emplazada en un espolón rocoso, a orillas de un meandro del Var, la ciudad medieval fortificada de Entreveaux disfruta de un hermoso marco natural.
Después de franquear el puente levadizo, descubres un pueblo lleno de encanto, con sus callejuelas pintorescas jalonadas de casas antiguas, y con su catedral gótica, que alberga una magnifica decoración barroca.
Dominando los tejados del pueblo, se encuentra la ciudadela colgada, edificada por Vauban en 1690. Desde el pueblo se accede a la ciudadela por un a rampa fortificada en zigzag que no pudimos pasar ya que estaba la baya cerrada y además hay que pagar para poder subir.












Tras un pequeño break, retomamos la marcha y como se nos a ido la escapada, tocará remar fuerte en estos últimos km para ver si conseguimos enlazar jaja. Un tramo que hacemos a tope remando duro ya con un motor que carbura infinitamente mejor que el primer día de esta semana tremenda de cicloturismo.


Al llegar al apartamento, recogemos las cosas, nos damos una buena ducha y luego, antes de cenar, damos un paseo por el pueblo para estirar las piernas.





Mañana último día de pedaleo que vendrá dado por una jornada compuesta de dos etapas. La primera y más larga que haremos saliendo desde aquí con el objetivo principal de coronar el Mount Vial. Luego regresaremos al coche (ya habremos dejado todo empaquetado por la mañana), unos cuantos km conduciendo hasta Toulon para subir una última tachuela, La Croix Mont Faron y después, cargar las bicis en el coche y del tirón para casa. Así que nos espera una jornada completita completita.



E6 Puget Thenieres - Mont Vial
98km 1800m+ 3h50'


Último bucle alpino con un inicio como el de ayer pero pasamos de largo el desvío a Les Gorges de Cians y seguimos paralelos a las aguas del Var durante 27km hasta que llegamos a la altura de Les Gorges de la Mescal y nos metemos en un túnel siguiendo la Route de Grenoble.


No me suelo poner nervioso por mucho tráfico que haya, pero reconozco que este túnel me alteró un poco y tenía tantas ganas de salir de allí,  que me puse a apretar ese km como si no hubiera un mañana, pero ya no paré durante los siguientes 7km. Un tramo un poco delicado, tipo a la C17 de Tona a la Garriga, pero más amplio y con los coches pasando muy rápidos.


Las piernas además van muy bien y es un buen calentamiento para lo que nos viene. Un ascenso por una carretera super divertida, como un Poggio de San Remo pero de 20km con un remate final brutal de 6km para llegar Estación Meteorológica de Mount Vial, a 1550m.


Desde el inicio, Jordi se pone delante y pone un ritmo alegre durante los primeros km. Yo a rueda y dejando hacer hasta que veo que la velocidad baja un poco y ese empuje inicial, va perdiendo fuelle. Paso al frente y miro de mantener la marcheta que traíamos.

Cuando la pendiente baja un poco, aprieto más y ahora ya ponemos toda la carne en el asador. Esta parte de la subida es de aquellas de las que se puede hacer a buena velocidad si las piernas van bien. Una pendiente relativamente cómoda, pero cuidado, que la parte final te puede doblegar si no has regulado en estos 20 primeros km.


Llegamos al cruce y enseguida cambio de asfalto. Venimos de una carretera perfectamente asfaltada con doble carril delimitado y pasamos a un carreterita sin líneas blancas, en la que apenas  cabe un coche en la mayoría del ascenso y en la que la pendiente que te da la bienvenida,  garantiza sufrimiento y sudor para rato.




El mar al fondo, Niza al final del Var, el Parque Natural Regional de Prealpes d'Azur envolviéndonos, un Sol de escándalo y unas piernas que van perfectamente acompasadas con las pistonadas del corazón. Cómodo y feliz voy sorteando cada una de las 13 curvas de herradura con las que te toparás si llegas hasta arriba. 
Jordi ha desconectado un poco y sube más tranquilo. Bueno la verdad es que no es una subida para hacer exhibiciones, cada uno coge su ritmo y es lo mejor por que sino, se te puede atragantar y no es cuestión de subir agonizando. La diferencia de subir gozando, aún costando, es abismal a ir cruzado. Y no lo digo por ir más o menos rápido, sino por disfrutarla, ir observando el paisaje, quedarte con los detalles, tener ganas de seguir y de que no se acabe. Del otro modo, sólo estás deseando que se acabe y es mejor alimentar la mente de recuerdos positivos que no de momentos perros.









En la última parte ya a darlo todo, las antenas ya están ahí mismo y el estado de euforia es máximo tras algo más de 1h y media desde que empezáramos a subir a orillas del Var.



No hace falta comentar nada sobre las vistas...simplemente maravillosas!!!


Por ahí viene Jordi, el artífice de que hoy estemos aquí arriba. Y es que somos el hambre y las ganas de comer!!! Las veces que nos juntamos, sin duda es para hacer cosas muy top y es de agradecer poder contar con un compi de fatigas así.  Nos compenetramos a las mil maravillas y compartimos misma predilección por según que tipos de ruta.








De bajada me voy parando en algunos puntos donde no lo hice subiendo y tomo algunas instantáneas más.





Dejo pasar a Jordi y lo voy cazando a golpe de captura con la cámara.










Llegamos nuevamente a la carretera principal y pasamos por Toudon, una pequeña aldea de montaña en las alturas del Valle de Estéron. 
Construida en el siglo XI, la iglesia de Santa Isabel fue restaurada en el siglo XVII, después de un terremoto, y luego a finales de la década de 1920




Que pasada de vuelta circular que estamos haciendo. La carretera de ahora, es un continuo devenir de tramos con toboganes pero siempre nos mantenemos próximos a los 1000m. Para cuando llegamos al pueblo de Ascros, las tripas ya me crujen y miramos de encontrar algún localito para comprar cualquier cosa para comer. Pero no hay suerte, horario francés y todo cerrado...






Seguimos por que ya no queda mucho y además en unos pocos km, la carretera ya se desploma y va a caer directamente a Puget. 


Primer sector completado!! Etapón chulísimo y ahora al coche para poner la directa hacia Toulon, una ciudad portuaria ubicada en la costa mediterránea del sur de Francia, con playas de arena y calas de guijarros. Es una importante base naval y su puerto da cobijo a submarinos y buques de guerra, así como a barcos de pesca y ferris.  Escarpadas montañas de piedra caliza conforman el telón de fondo de la ciudad y un teleférico traslada a los visitantes al monte Faron.
Pero nosotros somos más de subir pedaleando jeje, así que para allí que nos vamos tan solo para coronar esta tachuela ya con el Sol despidiéndose en el horizonte.


E6+ Toulon - Croix Mont Faron
14km 490m+ 47'


Al final con la tontería no había comido nada así que para la próxima vez, me llevaré está barrita energética a base de galletas jeje


Aparcamos el coche, sacamos las bicis otra vez y sin entretenernos mucho empezamos a pedalear. La subida se ha de hacer por un lado y por el otro sólo se puede bajar. Pero nosotros nos despistamos y como a estas horas ya no hay nadie por aquí, pues empezamos a subir por donde sólo se puede bajar...



Un arranque de subida precioso con una carretera muy atractiva con bonitas vistas sobre la ciudad de Toulon y el Mediterráneo.



Muy buenas piernas y un último envite que me hace llegar pronto arriba. Es una tachuela pero tiene un inicio realmente exigente. Llega Jordi, choque de manos y ahora sí company, vaya semanita guapa que nos hemos pegado!!! Y un big más a la saca eee Jordi jeje.

El Mont Faron es una piedra caliza superior, parte de las montañas de Toulon, que se eleva a 584 metros sobre la ciudad de Toulon, en Var (Francia). Siempre es visible una red de fortificaciones defensivas que datan de los siglos XVIII; Fue utilizado para defender el acceso marítimo y terrestre al puerto militar de la ciudad.




Desandamos el camino hecho hasta llegar a estos 584msnm y paramos en una de las curvas del principio para hacer una fotos antes de regresar al coche y poner la directa hasta Tiana, tercer sector jaja.








Y hasta aquí unos días de cicloturismo y camaradería estupendos. Super agradecido por haberlos podido disfrutar con mi amigo Jordi y de que todo haya ido tan bien. Ni un sólo problema mecánico, ni físico, ni logístico, que no es sencillo así que muy contento.
No llegamos a casa que ya estamos cocinando nuevas escapadas y es que lo llevamos muy dentro lo de esta manera de viajar y conocer lugares en semanas express jeje
La vuelta se hace muy amena hablando de todo y apretando el culo a base de bien por que casi nos quedamos tirados sin gasolina jajaja. Pero como diría aquel, "todo en orden y au".

Seguimos sumando aventuras y seguimos engordando nuestro baúl de los buenos recuerdos...


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