domingo, 23 de junio de 2024

BIKEPACKING KYRGUISTÁN...UNA AVENTURA PARA ENMARCAR!!!


Que el ritmo no pare!!! domingo estábamos en Francia disputando el clasificatorio para el mundial UCI de gravel y el lunes montado en un avión para ir a Bishkek, capital de Kyrguistán para hacer un bikepacking. 

Siempre confiando en que la logística no fallará y con el tiempo más apretado que los tornillos de un submarino, pero de momento va saliendo la cosa bien y eso, ahí estamos ya en la terminal esperando a embarcar.

No iba solo, bueno en este primer vuelo sí, pero haría una escala y entonces me encontraría con Pedro, mi compi de Cartagena con el que compartí aquel bikepacking por Kenya en 2023. Por aquel entonces quedamos en el aeropuerto de Nairobi y ahora en el de Turquía...vamos lo normal 🤣




Que alegría encontrarnos de nuevo figura y que ganas de aventura de la buena por esas tierras de las que esperamos tantas cosas alucinantes.

Per vayamos por pasos, volvemos a BCN y al avión que cogería yo primero. 


El vuelo se me hace corto y la comida no está tan mal. Yo creo que ya me he acostumbrado a estos pre-cocinados y hasta los encuentro ricos jeje.



Hoy echaremos el día entre aviones, aeropuertos y luego el rato que nos quede, en negociar con algún taxista para que nos lleve al alojamiento en el que apenas estaremos unas horas. Ni si quiera entraremos en una habitación, tenemos el tiempo justo para desempaquetar, montar bicis con alforjas, cambiarnos y de nuevo al coche para que nos saquen de la ciudad como hiciéramos en Kenya y a pedalear en cuanto nos dejaran en el inicio de nuestra ruta.




Parece mentira pero 1 año después, aquí estamos nuevamente enrolados en una aventura que promete ser fascinante y que seguro nos empujará a descubrir cosas maravillosas. Pero también somos conscientes que no estamos en el parque de al lado de casa y aquí tocará bregar de lo lindo y andarse con cuidado. Estamos en zona de altas montañas con pasos por encima de los 4000m en una zona muy remota donde no te encuentras a gente casa 5'. 
Y ya el primer día, no tiene pinta de que nos vayamos a poner muy morenos.


El cielo está bastante encapotado y eso que en la zona "baja" aún vamos de corto confiando en que las nubes se mantendrán firmes y no descargarán nada de agua.



Vemos la primera Yurta, típico hogar de los kirguisos  y kazajos nómadas.  Nosotros llevamos nuestras tiendas encima, pero la intención es poder compartir un día con ellos en alguna de las suyas.


Seguimos picando piedra y subiendo. Tenemos muchos km de ascenso así que nos lo tomamos con paciencia pero intentando no dormirnos para que no nos caiga la tarde encima, el agua, o la noche por cualquier incidente que se pueda dar.



Ya nos ha ido lloviendo y por eso vamos poniendo y quitando capas. Esto siempre hace que la marcha se ralentice, pero bueno, es lo que hay y no hay que ponerse nervioso.


De hecho, en algún momento nos hemos tenido que poner a cubierto bajo algún abeto por que apretaba mucho la lluvia y hemos cogido frío. Ha sido buen momento para aprovechar y viendo la hora que era, comer algo. 


Pero es que con estos paisajes, uno va subiendo, esforzándose mucho, pero no deja de sonreír y dar gracias por estar aquí. Estamos remontando por el Desfiladero de Kegety, a unos 70km de Bishkek. Este es uno de los valles más largos de las montañas kirguisas, unos 27km que nos tocan subir a base de pechazos con nuestras mulas cargadas. 




Según vas ganando altura, dejas la parte más boscosa e inicia una más pelada pero que aún se mantiene verde. Y también empiezan las complicaciones en el camino. 


A veces el camino se intuye pero los riachuelos creados por el deshielo y las piedras los difuminan bastante.



Como llevamos ritmos diferentes y vamos a pasar muchas horas juntos,  yo voy tirando para arriba a mi ritmo mientras que Pedro se lo toma con algo más de calma. Además ya sé por que él mismo me lo comentó en Kenya, que la altura le afecta bastante al rendimiento incluso al bien estar, mientras que yo, no sé muy bien por qué, pero en altura me manejo muy bien, incluso con la sensación de carburar mucho mejor. 




Yo iba bastante avanzado pero para cuando ya empezaba a ver el collado, el cielo se tapó mucho más. En cuestión de pocos minutos ya a penas veía a unos metros de distancia y empezó a granizar. Este fue el primer problema y toma de decisión importante por que yo estaba ya a escasos 50m+ de coronar per Pedro, que le había visto caminando ya bastante más abajo, no llegaría  en un buen rato.  La duda era pasar o no. Si yo seguí y me iba al otro lado y la cosa se ponía peor, no sabría si Pedro vendría o se tendría que quedar en el otro lado, por que aquí no hay señal y no nos podríamos haber comunicado. Quizás debería haber continuado por que yo lo tenía ya ahí mismo y luego esperar más abajo y a buen resguardo, que viniera él, pero la montaña es impredecible así que, pensé que sería mejor recular, bajar con él y tomar la decisión juntos ya que además era el primer día y no quería empezar con una movida que luego repercutiera al resto del viaje.



Total que bajé a por él y en un lugar más o menos factible y bajo la lluvia, empezamos a montar las tiendas para pasar la noche allí, cerca de los 3000m+ y así a la mañana siguiente arrancar y enseguida de coronar. La verdad que el sitio era espectacular y oye, no hay mal que por bien no venga. Luego dejó de llover durante un rato, pudimos relajarnos e intentar descansar todo lo que no hicimos desde que partimos el lunes para aquí.





Menudo espectáculo de lugar para dormir y hacerse la cenita viendo la luna al fondo sobre esas montañas.




Pasamos esta primera noche con algo de frío pero la mañana llegó y un cielo mucho más abierto nos levantó de buen humor. Empezaba bien la cosa y nos pusimos rápido en marcha.


De nuevo me avanzo, hoy ya me siento mucho mejor y las piernas tiran con fuerza. Pas la legua de hielo sin problemas y hago las zonas empinadas sin poner un pie en el suelo. Ya vuelvo a estar cerca del collado,



Pedro va haciendo también a su ritmo y en breve estaremos arriba del todo.



Cuanto más cerca estamos, peor se pone la cosa y ahora si que toca tirar con la bici aún lado en algunas partes.


Y para cuando estamos a un paso, lo que nunca debería haber paso y que trastocó todo de repente...


El núcleo de la rueda se ha enganchado y como estábamos siendo y haciendo fuerza, en cuanto lo ha hecho, ni tiempo me ha dado a dejar de pedalear. Se ha chupado la cadena y se ha partido la patilla del cambio, doblado cadena...El corazón se te pone a mil, esto es un problema aunque por suerte, siempre llevo un patilla de cambio de recambio, pero claro, que se rompa al inicio de viaje, supone ir ya de vacío durante todas las jornadas restantes. Bueno no queda de otra, cambio patilla, desenredo la cadena y la enderezo, parece que todo lo demás está ok. 
Una vez hecho, entonces es cuando viene el drama. Por lo que sea, esta patilla parece ser 1mm mas gruesa que la anterior aún siendo original y la específica de este cuadro. El caso es que para cuando intento cerrar la tanca del eje, sin hacer demasiada fuerza, esta se parte de cuajo con lo que ahora, si que tengo un problema y gordo. No llevo eje de recambio (tampoco es algo que nunca me haya hecho falta) y esto significa que no puedo continuar la marcha. Otra vez toca tomar una decisión. Yo le digo a Pedro de recular hasta Kegety y ver si en la aldea encuentro algo, al fin y al cabo, por suerte mi bici no es de las modernas y lleva un eje de los de toda la vida, así que cualquier tienducha que tenga alguna bici, puede hacer que salga del paso. 

Pero él no ve claro volver a bajar por el mismo sitio y al final, yo que sí o sií me he de dar la vuelta, pues me marcho pateando por donde he venido y él se tira para el otro lado. si tengo la suerte de poder arreglar este problema, pues ya veré como le hago para juntarme más adelante con él, y sino, pues tendré que empezar a pensar en cambiar el vuelo de regreso.


Empiezo a caminar montaña abajo pero esto se me puede hacer eterno. De vez en cuento voy probando de bajar sobre la bici, pero claro, no llevo eje, como salte del sillín y se mueva la rueda, la puedo liar pero bien. Pero bueno, voy cogiendo confianza y lo que pensaba que sería una caminata de todo el día, acaba siendo un descenso de 2h en los que voy descabalgando de vez en cuento y el resto, pues con mucho cuidado. Y para cuando ya estoy abajo en el valle y he cogido la maltrecha carretera, el núcleo se acaba de fastidiar, los trinquetes deben estar destrozados y ahora ya no hacen nada. Veremos si podemos solucionar esto...



Paro en la aldea y llamo Jany, el taxista que nos trajo hasta aquí y le digo si me puede venir a buscar. Claro que viene, aquí aunque te salga más barato, si pagas eres si mejor amigo y así es. La verdad que se portó genial y me devolvió a Bishkek donde intento encontrar algún taller de bicicletas.
Mientras, ya siendo tarde, desmonto todo, busco alojamiento y un sitio donde llenar el buche que con los nervios, a penas he comido.





Me tengo que poner las pilas si quiero seguir el viaje pero no parece haber muchas opciones como para poder reparar algo así. Por suerte acabo encontrando un taller que parece que sabe de lo que le hablo y me pueda ayudar. Consigo que me lleven a la otra punta de la ciudad pero a donde he llegado, es de todo menos o que pueda parecer un centro comercial o cualquier cosa parecida a una calle de tiendas y que una sea de bicis. Si estuviera en otra situación es de hecho el típico sitio que evitaría, pero bueno,  esto va a ser a cara o cruz, o salimos victoriosos, o acabo peor de lo que he llegado 😅



Pero las apariencias engañan y mira, dentro de un de estos localitos, se esconde un pequeño y curioso taller en el que trabajan dos chavales jóvenes muy apañados y que consiguen apañarme los mal trechos trinquetes del núcleo, colocarme un eje reutilizado y acaba de ajustar todo un poco. Bici probada y salgo de allí pedaleando y llamando de nuevo a Jany para que me tire al monte en cuento pueda...Seguimos la aventura!!!





Si algún día vais por la zona y necesitáis unos mecánicos apañados, buscar @Cranks_Garage.
Muchas gracias chicos, nos vemos!!!


Ahora ya de camino a casa, voy a buscar un poncho, algo de fruta, tomo alguna foto y enseguida que llego a la habitación, lo preparo todo para volver al ruedo.




Nos ponemos en marcha y hablo con Pedro a ver como podemos hacer para encontrarnos,  el está justo en un pueblecito del interior y yo tengo con coche unas horas para llegar allí,  pero consigo que me acerquen y ese misma mañana, nada más llegar, nos ponemos en marcha.





Los paisajes son impresionantes con colores que lo maquilan todo aún más. Vas por la carretera pero te puedes encontrar a los niños montando sus caballos hacinado la trashumancia. En unos meses todo estos estará blanco y por los caminos que vamos nosotros, ya no se podrá pasar.


Jany tien hambre y me pide hacer una parada rápida para comer un poco. En un puestecito a pie de carretera se come uno de estos pescados. Yo estoy bien pero lo pruebo y la verdad es que no está anda mal.








Llegamos a Naryn y aquí me encontraré con Pedro. Jany se regresa a Biskek y espero ya no verle hasta el último día para que nos lleve al aeropuerto. Ahora salimos tranquilamente de aquí, compramos unos víveres y yo no puedo estar más feliz. Ahora ya me da igual lo que hagamos, sólo con poder seguir pedaleando y viendo lo que nos queda de ruta, ya estaré contento.






El día está radiante y no podemos ir mejor. Además el inicio es por una carretera tranquila sin tráfico. Bueno digo carretera por que hay asfalto pero es más un camino rural que va próximo al Río Naryn. De hecho, no dejaremos el río en ningún momento, aunque en ocasiones lo perdamos de vista, iremos siempre perfilando su curso al paso por algunas pequeñas aldeas al principio y luego ya más sin signos de poblaciones. 


Los cementerios de aquí...






Coincidimos unos km con este chico ruso que está viajando y haciendo una ruta parecida a la nuestra pero obviando los pasos complicados. Él no hará el Tosor y es una da las joyas de nuestra ruta.


Ellos tampoco lo harán jeje


Los kirguisos son muy hospitalarios y amables. Enseguida se acercan, te invitan, te hablan aunque no nos entendamos. Esto es algo que se agradece mucho y que le da un toque humano a la ruta.





Es uan pasada por donde estamos yendo, las montañas te hacen chiquito y esas laderas tan verdes, parecen sacadas de los típicos fondos de pantalla de los ordenadores al quedar en stand by.











El tiempo es cambiante y donde parece que va a estar haciendo sol todo el día, en unos minutos se empiezan a formar unas nubes enormes y la amenaza de lluvia aparece de repente.





El terreno siempre va picando para arriba pero según nos acercamos a las montañas que se veían al fondo de las anteriores imágenes, la cosa va a más.





Algunas rampas se las traen pero en general vamos haciendo sin mayores problemas. Yo me encuentro muy bien, aunque en Biskek andaba para arriba y para abajo gestionando cosas, la verdad que pude descansar y ahora las piernas van solas. Pedro siempre es más precavido que yo con los ritmo, tampoco hace tanta bici como yo durante el año, así que si en algún momento yo me voy para adelante, tampoco pasa nada, luego paro para reagrupar y listo. Así también voy haciendo fotos y hago de avanzadilla para ver lo que nos va viniendo por delante.







Esto no se acaba nunca, parece que estemos en mitad de la nada. Solos entre una basta extensión de montañas y prados verdes. Las montañas van alternando los colores entre rojizos, arcilloso y verdes. El río se esconde por el valle y va apareciendo de tanto en cuando y algún árbol caprichoso, resiste a la soledad en medio de las praderas.











Y en medio de toda esa borrachera de naturaleza de alta montaña, nosotros, un par de colegas hambrientos de ver y disfrutar todo aquello.




Alguna aldea pasamos, pero sin a penas ver a nadie. 










Llevar el río cerca es bueno, es fuente de abastecimiento y con unas pastillas potabilizadores, te aseguras llevar agua siempre. Tanto para beber durante la ruta, como para hacer la cena en la noche.



Los días son algo confusos en cuanto a lo que no es seguro cuanto los puedes estirar. El comportamiento de las nubes te lleva un poco en vilo por que si te pasas de frenada y se pone a descargar en una zona complicada donde no puedas plantar la tienda pues puede significar que te vayas a dormir mojado y con frío, así que, llegados según que horas, ya hay que ir mirando donde poder plantar la tienda y si luego llueve pues ya sin problema.




También mola poder cenar juntos y charlar un rato tranquilamente sin el traqueteo de las bicis sorteando las mil y una piedras del camino. Habíamos considerado, por tal de ahorrar peso, el venir con una tienda y así repartir otras cosas pero quitarnos el llevar cada uno su tienda. Pero si lo piensas bien, después de jornadas en las que estas pedaleando tantas horas y el cuerpo necesita descansar, mejor no racanear en exceso con el espacio. Yo prefiero portear la tienda pero luego tener un poco espacio para, si no puedo dormir, pues leer tranquilamente sin molestar nadie, estar como me apetezca dentro de la tienda.


La lluvia aparece pero nos ha dado tregua por un rato. Cenamos un poco de pasta liofilizada y después de comentar un poco la jugada, nos amos a descansar.



Así de estresante se espera la noche, llena de tráfico, ruido de coches, gente dando voces, el vecino moviendo la mesa a las 23 de la noche, el otro gritando como un loco por que su equipo favorito ha marcado un gol...bendito estrés!!




A veces me pongo a pensar y no sé si soy consciente de todo lo que estoy viviendo. Me siento super afortunado y seguramente no lo transmito bien, pero me encantaría enseñar bien estos lugares y transmitir estas vivencias a otras personas para que quizás, se sientan atraídas y vengan a vivirlas en primera persona. Mi hermano Kim ya no está con nosotros pero siempre que voy de viaje me lo llevo conmigo, creo que nunca hubiera venido conmigo a hacer un viaje de estos, pero me hubiera encantado poder enseñarle todo esto. Espero que desde donde esté, mis ojos le sirvan como si fueran los suyos propios, que sienta el are fresco en su cara como lo siento yo, que sienta la lluvia cuando yo me empapo o que le llegue el olor a montaña cuando voy por ellas. 

A mi hermano Javi si lo enrede un año, en plena pandemia me lo llevé a Holanda y desde allí regresamos en bici a casa, pero ya queda lejos y no tiene pinta de que se vaya a repetir otro vez. Y si algún día se diera el caso, seguro que no es por sitios remotos como este. 😅 le conozco bien y todo lo que quede cerca de casa, mucho mejor. 
Estoy muy acostumbrado a viajar solo pero en las últimas ocasiones he compartido experiencias con colegas y la verdad que lo he pasado muy bien, se agradece la compañía, aunque también hay veces que piensas que si vas solo, no has de dar explicaciones de absolutamente nada a nadie, vas a donde quieres, como quieres, al ritmo que quieras etc. 

Bueno ahora seguimos en Kyrguistán, que nos queda mucho por ver y eso que me llevaré para contar a mis nietos si es que los tengo 😆


Pedalear Kyrguistán no es sencillo, pareciera que la bici no avanza o por lo menos lo hace mucho más lento que en otros terrenos por los que ya me he movido. Aunque hay pistas en buen estado, no suelen durar mucho y cuando más al interior vas, más dificultades te encuentras. 




Está claro que esto también preserva el encanto de estas tierras por que lo fácil atrae a mucha más gente, pero aquí no viene cualquiera, esto no es pedalear por las montañas de al lado de donde vives y cuando quieres te das la vuelta y regresas a casa. Aquí, una vez cruzas las montañas y te vas al interior, lo más que te vas a encontrar y no cada 50km, va a ser esto. 




Eso sí, también te harán sentir como en casa desde el minito 0. Como dije antes, los kirguisos se caracterizan por su hospitalidad y cuando por horas pedaleas donde parece que no hay nada ni nadie, encuentras una yurta, ten por seguro que te recibirán con los brazos abiertos. Con algunos de ellos te podrás entender en inglés, con otros solo con gestos, cosa que aún hace que la experiencia se más especial y auténtica.






No te darás cuenta y estarás sentado en el suelo con toda la familia tomando un té, o el típico Kymyz (o Kumís), una bebida láctea fermentada hecha de leche de yegua. El pan hecho también por ellos con mantequilla y azúcar te dará fuerzas para los siguientes km.


Son las cosas que te hacen reflexionar sobre muchas cosas de la vida, de como la vivimos cada uno, de lo que es la felicidad, de lo bonitas que son las cosas sencillas y lo que llenan algunas situaciones. De momentos así se alimenta el alma, ésta era una de las cosas por las que hemos pedaleado y pasado algunos apuros días atrás, el simple hecho de compartir un rato con los lugareños, un intercambio de sonrisas, de miradas, una charla más o menos distendida y un agradecimiento infinito.


Como llegamos, nos marchamos. Continuamos nuestro camino sin hacer ruido, dandole vueltas a las bielas, mirando a nuestro alrededor, comentando entre nosotros lo que está suponiendo esta incursión cultural.



La paz que albergan estas montañas es inmensa como las vistas que nos ofrecen. Los caminos parecen interminables y ahora, en este preciso instante, un instante que no volverá a repetirse, por que el tiempo no para y las situaciones siempre cambian, estos caminos los sentimos como nuestros. 
No hay nada que perturbe estos ratos de escuchar al silencio.






Por momentos agradeces llevar el track en el GPS por que el camino desaparece, pedaleas sobre la hierba o como mucho, sigues las roderas que quedan marcadas de los 4x4 que puedan pasar por aquí. 





Alguna figura montada a lomos de su caballo aparece cada cierto tiempo y te saluda efusivamente desde la lejanía. 



Muchas veces esos jinetes son niños que están cuidado al ganado. Están solos!! Sí, ya sé que en algún lugar estará la yurta con su familia pero, si miras a tu alrededor, ves de donde vienes y a donde vas, ves a este niño en mitad de un terreno en el que durante km y km no has visto nada. 


Su única compañía, otros caballos y los Yaks.


Cada x tiempo toca descalzarse, tirar las botas al otro lado del riachuelo, y cruzar descalzo por las gélidas aguas que viene de las cumbres nevadas. Hay que ir con cuidado, a veces al agua viene con fuerza y entre el frío que te entumece los pies, y los pedruscos, no es difícil perder el equilibrio y caer.





Pasar montado sobre la bici es imposible y si te la juegas, acabas empapado seguro.





Cada vez que pasas uno de estos y refrescas las piernas, es como volver a empezar con la musculatura como nueva 🤣





Te vuelve a llover, ves que más adelante la cosa va a peor, pero al mal tiempo buena cara. En alguna ocasión toca improvisar y cuando de la nada te empieza a caer agua a manta, pues sacar la funda de la tienda y meterse volando dentro para esperar que pase lo peor, es la única solución. 


Y cuando parece que la cosa no va a mejorar y aún nos va a seguir cayendo durante todo el día y ni si quiera encuentras un árbol para taparte un poco, aparece una yurta donde menos te los esperas. Un crío que te abre la medio encajada puerta, no habla pero te invita entrar, sigue sin hablar pero rápidamente empieza a poner el caldero a tope, sigue sin hablar pero sale corriendo a coger heces secas de yak para mantener el fuego y carne que empieza a cocinar, corta y pela patatas, te indica que te acomodes pero el sigue sin hablar, los gestos bastan y una vez te has quitado la ropa mojada y te has puesto cómodo, te sientas a su vera en señal de compañía. 
No sabemos cuanto rato estaremos aquí per el ofrecimiento no podía venir en mejor momento. Fuera hace frío, llueve y ya llevábamos así muchas horas. Además por lo que parecía, el clima iba a peor en la dirección que íbamos y sería imposible atacar ningún collado.






Le pedimos un poco de agua para calentar la pasta que llevamos y mientras sale a controlar el ganado, comemos algo rápido y seguimos entrando en calor bien pegaditos al fuego.




Y al rato llega el que suponemos que es su padre. En nada nos hace sentar en la mesa e indica a su hijo que nos sirva té, pan, mantequilla...



El si habla, de hecho lo hace mucho, sin parar pero no le entendemos nada. Aún y así, nosotros escuchamos atentamente como si atisbáramos a comprender alguna de las palabras que nos dice. Nos hacemos cargo de la dureza de vivir aquí por su rostro y lo quemada que está su piel. Ya en los críos ves eso en las manos y mofletes. 





Por un rato, su día a día cambia,  tiene unos huéspedes raros que montan en bici con los que habla mucho y a cambio recibe un poco de lo mismo. Tratamos de comunicarnos, reír juntos y compartir algo que en cierta manera, nos está aportando a todos.
Parece que él lo tiene claro, hoy cenamos aquí y enseguida se pone a cortar carne de alguno de sus corderos. Mientras el niño ya lleva un rato con el resto de preparativos. 




Hora de reunir y poner a resguardo al rebaño. Se sube a uno de los caballos y se va loma a arriba con los perros a trabajar y traer a todas las cabezas al cercado.



Al final, cenemos y nos quedamos a dormir. Insisten en que nos quedemos, que tampoco podremos avanzar por que el tiempo está realmente mal, así que no podemos rechazar la propuesta. Luego aparecen los que debían ser 2 hermanos más y compartimos todos mesa y nos acomodamos para poder dormir. Tiene mantas de sobra para poner en cualquier lado y éstas hacen a su vez de colchón y de cobija.  
Hemos estado unas horas pero parece que se haya detenido el tiempo, esta es una experiencia de las auténticas y no planificada por ninguna agencia de viajes. 

Nos despedimos,  les agradecemos su generosidad y les deseamos suerte. Nosotros también nos la deseamos 😅. Esperamos que el tiempo sea benévolo y podemos continuar la marcha aunque sea tapados y con el poncho jeje.




Seguimos subiendo, seguimos avanzando y aunque las cumbre nevadas nos acompañan de cerca, ya no llueve y vas cómodo de corto.










Vamos a ratos juntos hablando, las largas jornadas dan mucho de sí y nos ponemos un poco al día de todo. Hablamos de nuestras respectivas vidas en Tiana y Cartagena, de sus hijos, de mi hija, de su mujer, de la mía, de su trabajo, del mío...una amistad forjada en la distancia pero que durante estos bikepackings se estrecha mucho. Los duros momentos y la camaradería ayudan a fraguar esa unión y no hace falta estar con alguien todos los días para saber que hay una buena relación. 

Hay que saber poner en valor el llevar un buen compañero de ruta. No es necesario ir todo el tiempo juntos, de hecho a mi me gusta mucho hablar e ir comentando la jugada, pero también me gusta saborear momentos en los que me distancio y voy solo con mis pensamientos. Saber dar espacio aunque a veces es complicado saber si lo haces bien o no. Yo físicamente me estoy encontrando muy bien y a veces, cuanto peor se pone la cosa en cuanto a clima, terreno etc. es como que me vengo arriba y aún me sale más esa vena guerrera, pero y si tu compañero va más perjudicado o necesita ir a un ritmo más sosegado? quizás vas a su lado dándole charla per es peor por que el prefiere llevar su batalla consigo mismo. Pero igual te adelantas, vas haciendo la tuya, te alejas y quizás eso es lo que lo incomoda. Nada es lo que tiene preocuparse más de los demás que de uno mismo.

Están siendo unos días super intensos donde a veces llevas el cuerpo y la mente un poco al límite. Cuando toca empujar la bici, no haces eso únicamente, como decía antes, empujas también a tu cuerpo y tu mente. Lo primero por que físicamente es muy costoso. Por un camino como se ve en la foto,  cruzando los ríos, que vamos cruzando, arrastrando todo ese peso por las cuestas super empinadas provoca un acusado desgaste en tu cuerpo que día tras día va haciendo mella. Y la consecuencia de eso, además, ya es mental por que sabes que se seguirán dando esas situaciones cada rato y cuando tú batería de energía no está al 100%, cuesta más verlo todo de color de rosa. 

Pero estamos muy trabajados en estas artes y lidiamos con todo eso magníficamente bien. Trabajar el ser positivo ante cualquier adversidad es esencial para estos viajes y sobre todo para tu compañero. Si en algún momento uno de los dos ve las cosas negras, el otro se ha de esforzar el doble para conseguir que las vuelva a ver, por lo menos gris clarito.



¡¡¡Por eso no hay que dejar de sonreír!!!



Además siempre tienes cosas con las que entretenerte. Los Yaks te distraen cuando te los encuentras. No te van a hacer nada, pero mejor no molestarles y guardar la distancia. 






El Tosor Pass te espera y te reta. En la región de Yssyk-Kul, es un impresionante paso de alta montaña que exigirá de ti toda tu concentración y arrojo para ganarle la partida y coronarlo.  Las montañas del Tian Shan aguardan vistas y paisajes diversos que te dejan boquiabierto.
Rozamos nuevamente los 4000m de altura y a Pedro le está pasando factura este tema. A su ritmo va haciendo y para cuando lo necesita. Mientras yo voy abriendo vía por delante a buen paso prácticamente sin poner pie a tierra. Pero hay tramos que es muy complicado por que la pendiente y las piedras te lo ponen realmente difícil.
A eso yo le sumo el que sabiendo lo que me pasó el primer día, pues como que no me quiero volver a quedar tirado aquí, y especialmente aquí por que no hay vuelta atrás factible. Llevamos días pedaleando por este lado y no podría hacer nada. Sí o sí, tocaría acabar de subir caminando y tirarme para el otro lado y cruzar los dedos por llegar a algún punto en el que encontrar solución. 



Pero la bici aguanta estoicamente y yo también. Subidón de adrenalina al coronar este coloso!!! Se ha hecho de rogar pero otra batalla más que ganamos. Pedro/Hector 1 - Tosor Pass 0.







Al otro lado, el escenario cambia en la primera parte, luego ya todo volverá a ser más verde. Ahora es simplemente impresionante y tanto Pedro como yo, vamos bajando alucinados de estar viendo tal maravilla. 













Hay que ser prudente y descender sin correr riesgos. Tanto por no tener una inesperada caída, como por no sufrir pinchazos o problemas mecánicos ahora que estamos en la zona más alta. Es oportuno perder por lo menos algo de altura por que si tenemos que pasar la noche por aquí, pues aquí arriba las temperaturas caerán drásticamente por la noche, así que mejor asegurar el tiro e ir más despacio pero sin problemas.



Tras un descenso larguísimo llegamos a orillas del Lago Issyk Kul. Uno de los tesoros naturales más impresionantes de Asia Central. Es conocido como el lago caliente por que a pesar de estar próximo a montañas enormes que quedan completamente nevadas en invierno en su orilla sur, sus aguas nunca se hielan.  Uno de los lagos más profundos del mundo y en el que se han encontrado restos medievales como una antigua ciudad comercial que formó parte de la famosa Ruta de la Seda.

Nosotros los perfilamos durante unos km por una ancha pista que hace las veces de carretera principal. 



Más que un lago, parece un mar. Es inmenso y no hay forma de visionar el final de la línea costera o la otra orilla.



Muy cerca de allí, enseguida que nos vamos moviendo, nos encontramos con el Fairy Tale (Shazka) Canyon y sus formaciones arenosas esculpidas por las erosiones y el paso de los años. La verdad es muy marcado el contraste por que venimos de las montañas que están justo detrás y que son frondosas y verdes hasta la parte más alta que ya lo habéis visto, ya más peladas con mucha roca y nieve. Y ahora parece que estemos en un desierto más tipo Atlas de Marruecos. 




Pedro me dice que me deje de historias y tire para adelante, que ya me está viendo con las ganas de ir a perderme y a hacer unos km por allí dentro  🤣



Para cuando ya llevamos unos buenos km, empieza a aparecer un poco de asfalto en muy malas condiciones. Casi es mejor que continuara siendo pista. Pero bueno, es un rato y luego ya, cuando parece que nos alejamos de la costa del lago dirección Tong (Toh), la cosa mejora. 



No es que echáramos de menos el asfalto pero hay que ver lo fácil que vamos ahora y lo que corren las bicis 😎




La vuelta ha sido de escándalo y para los días que teníamos, los percances y la méteo, hemos visto muchísimo. Estamos más o menos cerca de Bishkek, aunque la cosa daría para otro día y pedaleando por carreteras que entrañan cierto riesgo. No hay muchas opciones, por que la cordillera que cruzamos al principio divide el terreno y sólo hay una carretera, la A365 que te lleva directo a la ciudad, pero claro, como os podéis imaginar, todo el tráfico circula por ella, a ratos son dos carriles por sentido y sin arcén donde los camiones te pasan demasiado cerca. Después de lo que hemos hecho y el super recuerdo de lo bonitas que han sido las etapas, no merece la pena jugarse un susto o hacer tantos km insulsos como dice mi compi Pedro. 
Ya lo comentamos, yo realmente lo podría hacer, por que la componente deportiva me gusta también y total, estoy muy acostumbrado a rodar por carretera y como que ni le presto atención a los coches (me refiero a que no voy preocupado o asustado, soy de los que piensa que si algún día me ha de pasar algo con alguno, pasará igualmente), pero Pedro ni lo disfruta ni tampoco está quizás físicamente ni mentalmente dispuesto a hacerlo así que, llegamos hasta Boconvayevo y allí nos vendrá a buscar Jany.


Por aquí daremos las últimas pedaladas del viaje y aprovechamos el tiempo que tenemos de espera, para ir a chafardear y ver que nos encontramos. Para nuestros viajes estaria bien llevar un dron, pero no sé si cargar con el peso de éste sería bueno 😅



Aunque seguro que no haría falta ir buscando tiendecitas con comida y podríamos cenar todas las noches fresco jeje. La cetrería en Kirguistán es una tradición nómada milenaria. Es una práctica cultural importante que se ha transmitido de generación en generación, donde el cetrero (
bürkütchüb ü r k ü t c h ü
) entrena al ave para cazar zorros, liebres y otros animales. Aunque ya no es esencial para la subsistencia, se mantiene viva como símbolo de identidad y conexión con la naturaleza, y se ofrece como una experiencia cultural para los turistas. 





Ahora si que le ponemos el freno de mano a la bici, la aparcamos y nos guardamos la llave. Hemos legado hasta aquí con mucho esfuerzo pero sobre todo con mucha ilusión y un curro meses antes de visionar etapas, riesgos, posibilidades reales, burocracias...como se suele decir, el curro que hay detrás y que no se ve. Sólo nosotros sabemos poner todo eso en valor y apreciarlo como se merece por que no es nada fácil. Mires por donde lo mires, estas cosas cuestan mucho y no hablo económicamente, que también tiene su parte de esfuerzo. Me refiero a prepararlas desde la lejanía, a prepararse uno mismo física y mentalmente, a robarle tiempo a tu familia, a cuadrar vacaciones en el trabajo, a intentar no dejar nada al azar aunque la improvisación a veces se premia también. 

Es uno más de muchos que llevamos encima, pero cada un con sus particularidades, sus cosas bonitas que los hacen especiales y las no tan chulas que los hacen aún más únicos. 

Ahora toca relajarse a medias, comer algo y luego, con algunas horas de por medio, empezar a desmontarlo todo para volver a empaquetarlo y camino al aeropuerto esperando que todo vaya bien y no  surjan imprevistos ni con el transporte, ni en la terminal ni con el vuelo de regreso.





Jany es un buen hombre y nos ofrece sus casa para estas últimas horas en Bishkek. A su mujer le hace ilusión también prepararnos algo de comida típica kirguisa y no nos podemos negar a tal invitación. 






Para cuando llega el momento, nos despedimos de Jany y su familia, nos lleva al aeropuerto y ahora nos toca despedirnos también entre nosotros ya que nuestros vuelos tienen diferentes horarios. 
Ha sido un placer como siempre Pedro, unos días super intensos y que nos dejan cosas muy chulas que ya no se borrarán de nuestras mentes. Sin duda tanto éste como el de Kenya han sido aventuras de 5 quilates y como pocas. Seguro que no tardaremos en enrolarnos en otra. Nos vemos pronto!! Buen Viaje!!!

Antes dije que ya no pedaleaba más en este viaje y no era del todo cierto. No pedalearía más en Kirguistán, pero en cuanto llegara al Aeropuerto de El Prat en Barcelona, pues como era ya de costumbre para mi, vuelta a desempaquetar, vuelta a montar la bici y a a salir pedaleando de allí para hacer los, aproximadamente 40km que tengo hasta casa. Digamos que para mí es como una tradición y la forma de cerrar el episodio.





Siempre es una alegría regresar a casa pedaleando. Recuerdo cuando regrese de Australia o la Patagonia que aún me subí al Tibidabo y regresé por Collserola. Ahora más costero pero subo a Montjuïc para tener unas despejadas vistas sobre la Barcleona y hoy con el Tibidabo algo más lejos.





Ahora ya en casa y a por otra cosa mariposa. En breve no marchamos de nuevo, aunque será algo completamente distinto. La bici seguirá siendo la protagonista pero ni estaremos precisamente en un lugar en plena naturaleza sin nadie alrededor, ni la tienda de campaña será nuestro alojamiento 5 ⭐️
Seguidme que en breve os cuento...Seguimos!!!!

Y una vez más no me quiero ir sin dar las gracias a los que me apoyan en todas estas aventuras.

-Columbus: si necesitas cualquier cosa de su web en la que podrás encontrar cualquier equipamiento outdoor, aprovecha mi código COLUMBUSHECTOR25 y obtén un 25% de descuento en tus compras.


-Darevie: Si te han gustado los conjuntos, echa un vistazo a su web en la que encontraras estos y muchísima ropa y completos más y aprovecha mi código HECTOR15 y obtén un 15% de descuento.


-SpeedSix: Llantas de calidad con un rendimiento buenísimo.  Estáte atento a las promociones y podrás encontrar precios increíbles. 


-CritriumBCN: Taller / tienda de referencia en BCN donde cuidaran tus bicis y te dará un servicio Premium y más si vais de mi parte.






































No hay comentarios:

Publicar un comentario