Pues ya el mismo fin de semana habíamos comentado con Oscar la posibilidad de irnos a hacer unos km por una zona que no fuera por las inmediaciones de nuestras casas, así que pusimos sobre la mesa varias opciones y acabamos desplazándonos en coche a Banyoles.
Una etapa típica pero con algunos toques nuevos que convirtieron esta etapa de a penas 120km y 2400m+ en una ruta muy atractiva y de aquellas que invita a repetir.
Bien pronto por la mañana nos ponemos en marcha y recojo a Oscar en Argentona. En poco más de una hora estamos aparcando el coche en Banyoles y con un día espectacular, empezamos a dar pedales bordeando el lago.
Hacemos primero unos km de aproximación a la dura ascensión del Rocacorba pero damos un poco de rodeo por que he dibujado un inicio de subida diferente. Este puerto no tiene salida, y subir y bajar todo por el mismo sitio como que no tiene tanto encanto. En lugar de eso, nos saltamos los primeros km para empalmar en la carretera, a falta de unos 5-6km de coronar, y lo hacemos por una pista de tierra muy chula y 100% ciclable.
En Sant Martí de Campmajor nos desviamos de la carretera y seguimos por otra carretera que se convierte en camino rural cementado y finalmente en pista. Ésta nos llevara hasta los 440msnm aproximadamente y entonces ya por la carretera principal del Rocacorba, vamos sumando m+ a m+ lo que nos resta hasta coronar este famoso puerto a pues del pico Puigsou.
Nada, no hay diferencias en la clasificación jaja, llegamos juntos y nos jugaremos el mallot de la montaña en la Mare de Deu del Mon jajaja.
Las vistas hoy son espectaculares y desde allí vemos el que será nuestro próximo objetivo.
Deshacemos parte del camino y ahora vamos rodando sin prisa hacia Camós. Ahora iremos pasando pequeñas barriadas y circularemos por carreteritas muy poco transitadas.
Repecho tras repecho vamos superando las pequeñas cotas que este ondulado terreno presenta y las ovejas son las únicas que, sin necesidad de tocar el claxón y ponerse en mitad de la carretera, hacernos parar teniendo que poner pie a tierra por unos instantes.
Cruzamos el Río Fluviá y hasta apetece parar a darse un chapuzón, el Sol ya está bien alto y calienta de lo lindo. Pero primero tenemos una cuanta pendiente que liquidar con el siguiente puerto.
Justo en ese momento Oscar empieza a poner su ritmo. Él sube muy bien, un tío liviano contra uno que es un tocho jaja, pero muy cansino jaja, así que mientras pueda no le daré mucha cancha. Mi táctica en este tipo de subidas es sencilla, si puedo, yo pongo mi ritmo por delante y me voy. Sino puedo hacer eso, trato de mantener al compi a la vista todo el tiempo y a tiro, así mato dos pájaros de un tiro. Primero comerle el coco, que vaya pensando, joder el jabalí este no se suelta jaja y por otro que como llegue con él al último km, más vale que vaya mirando para atrás o quizás se pueda dar por jodido jaja.
Con ese jugar al ratón y gato vamos haciendo, se me va unos 10-20m y mantenemos esa distancia un buen rato. En cuanto la pendiente baja me pego, en cuento se endurece, regreso a esa posición trasera.
Y llegamos a esa zona de falso llano donde puedes embalar la bici a aprieto para soldarme a él cual rémora al tiburón. Ya se ve el final, entremos en la última parte más aérea, vamos uno al lado del otro pero se separa unos metrillos, voy con la calculadora puesta, estoy esperando la carretere gire y cambie a la vertiente norte, allí última recta hasta coronar y como no espavile, le arranco jaja.
Dit i fet, antes de girar cargo el plato, pero espero a que de la vuelta a la curva para que no me escuche jaja, en cuanto mira hacia atrás, ya vengo con todo y a por el mundial jajajaja.
Llegamos arriba y le arrebato el mallot de la montaña jaja. Madre mía que bien nos lo pasamos y que guay poder hacer salidas y km así, con gente que se lo pasa igual de bien que tú sobre la bici, que saborea los paisajes y km de calidad, que entre al trapo cuando se presenta la oportunidad de jugar a ser ciclistas y que valora los días así.
Nos sentamos unos minutos arriba, vale la pena disfrutar de semajante estampa. Ahora el Rocacorba nos queda lejos y al frente.
Luego bajamos, hacemos unas fotos y también paramos a rellenar bidones.
Pasamos por Beudà y vamos camino a Beslú. Pueblo pintoresco donde los haya y en el que perdemos unos minutos dando un pequeño paseo por sus callejuelas empedradas y cruzando su puente románico que se eleva sobre el Río Fluviá y que está catalogado como un bien de interés cultural a nivel nacional y autonómico.
Luego, no nos queda de otra que tragarnos el tramo feo de la C66 sin poder bordear el lago por Porqueres por que justo esa entrada está en obras. Al final un mal menor y que encima da pie a que se filtre una fuga jaja. Yo me quiero quitar este tramo rápido y desde Besalú, me pongo delante a tirar. Otro mallot en juego, el de la combatividad y hay que ir a por él jaja.
Al final otra salida de lujo en un día cualquiera y que hemos disfrutado mucho. La culminamos con una cocacola y los pies a remojo en el lago. Y con los compis patunos por allí al lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario