Pues ya han pasado 54 días desde que sufriera la caída que por el momento, me ha dejado más días fuera de combate desde que tengo uso de razón.
El pasado 23 de Septiembre, entrenando y acabando de preparar el Mundial de Gravel para el que me había clasificado, sufría una caída fea con la bici y como resultado, 2 días hospitalizado y un primer informe en el que aparecía una mancha en el cráneo que finalmente resultó no ser peligrosa, poli contusiones por todo el cuerpo y 3 costillas rotas. Muchísimo dolor y un sinfín de incomodidades de las que sólo te das cuenta cuando te ves en éstas. Que bueno es estar bien y no depender de nadie ni nada. Pero cuando te tocan la salud y para la cosa más tonta necesitas ayuda...
Rehabilitación, mucha voluntad y sobre todo en mi caso, algo que me cuesta muchísimo, estarse lo más tranquilo y quieto posible. Soy culo de mal asiento, normalmente le saco 28h al día y de repente verme tan incapacitado y encerrado, pues es algo que acepto pero que llevo con mucha resignación. Querer y no poder... Querer llevar el ritmo de siempre y no poder ni tan si quiera ponerte unos calcetines 😱
De baja en el trabajo, de baja en casa, el mundial al garete, el bikepacking que tenía programado con mi buen amigo Jordi Rubio por Croacia al carajo y lo peor, la incertidumbre de no saber hasta cuando se va a prolongar esta situación.
Una vez veo lo que me hacen en las sesiones rehabilitación de la mutua, pregunto si puedo prolongar los ejercicios en casa. Yo tengo un Compex y puedo hacer otra sesión de electro estimulación por las mañanas a demás de la de la tarde en la mutua. Y por otro lado, Iván me deja una máquina de electromagnetismo para acelerar el proceso de soldadura de los huesos y me paso buenas horas en casa con la armadura puesta. (gracias company)
Para ser sincero, aún con todo lo que tenía, en el mismo momento del tortazo y estando en el suelo sin poderme mover, mi mente quería pensar que sólo era un fuerte golpe y que quizás en esas dos semanas que quedaban para el mundial me recuperaría y podría ir. Los momentos de verme en el suelo sin poder mover las piernas fueron angustiosos. Se te pasan muchas cosas por la cabeza pero te fuerzas a moverlas y cuando por fin responden, buff, a pesar de los otros dolores, es un alivio tan grande que parece que lo demás ni importe. Pero luego, mientras ya escuchas voces de terceros que ya se acercan preocupándose por tu interés, tú mismo haces un auto chequeo tratando de valorar que tan mal estás o en que parte de tu cuerpo ha ido a parar el golpe más gordo. Pero por jodido que estés, o por lo menos es lo que me pasó a mí, no dejas de pensar que nada, te llevarán al hospital pare asegurar que todo está en orden, y casi que volveré a casa pedaleando 😅
Pero en el hospital te quitan esa idea de la cabeza y entonces te viene otra, la próxima carrera en noviembre y crees que podrás estar para ir. Pero pasan los días, y aunque estoy poniendo todo de mi parte haciendo más horas de rehabilitación en casa, adelantando pruebas etc., pues esto parece llevar sus timings y aunque mejoro, que ya es bueno, pues no soy un superman.
Para colmo, y gracias a que pedí adelantar las radiografías de control aquejado por muchos dolores en el torso, éstas revelaron nuevas fracturas, con lo que pasamos de 3 costillas rotas del informe inicial, a 8, una de ellas con desplazamiento y ambas apófisis transversas de la vertebra L1 también fracturadas. Más problemas en los tendones subescapular y supraespinoso de ambos hombros. Falta por hacer un scanner de control y descartar que la caja torácica haya quedado hundida, así que de momento, bastante tengo como para querer correr tanto.
Hay que mantener la mente positiva y fuerte, como se suele decir, tratando de ver siempre la botella medio llena, pero reconozco que hay momentos en los que las paredes la casa se me caen encima. Muchas horas sentado en la que está siendo mi compañera de fatigas este tiempo.