Ambiente costeño refugiado por unos cerros selváticos que esconden muchos caminos y sendas. Este año, especialmente tupido y verde, lo que da un toque de frescor tropical a estas montañas.
Iniciamos la ruta bien temprano por el malecón para dar la bienvenida a un nuevo día. Luego nos adentramos en la selva, por caminos que son usados por los narcos para pasar la droga por esta parte del país. Un aliciente que sin duda, da emoción la jornada.
Llegamos a un oasis en mitad de la selva, el baño tienta pero ando un poco congestionado y el agua no está precisamente caliente.
Luego de regreso a Vallarta, un lindo callejeo por sus calles más angostas y subimos a la Cruz para admirar las vistas sobre el pueblo, la costa y el cerro.
La subida no tiene desperdicio, un mini caminito asfaltado que sube y sube con unas pendientes fortísimas, casi imposibles de superar.
La bajada muy divertida desde lo alto, hasta la línea costera.
Aquí un pequeño vídeo de lo que dio de sí el día...
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