Casi sin tiempo de nada, llego de los Alpes el lunes y ese mismo sábado participaré en la Sea Otter de Girona con la intención de clasificarme para el mundial de gravel de Holanda. Pero siguiendo con la línea de las carreras de este año, tocaría ir a contracorriente y es que estos últimos días de lluvia y frío en los alpes han pasado factura, sobre todo el del domingo que me cayó una buena subiendo Alpe d'Huez. Intento cuidarme y poner remedio pero, es llegar el lunes con la paliza y martes ir a trabajar. Llevo muchos madrugones, fatiga acumulada y como no soy superman, pues me tocará pasarlo mal seguro.
Hasta el jueves no hago nada, descansar lo que puedo. Hago 1 primera hora de rodillo suave, estiramientos y poco más. Los mocos ya han hecho acto de presencia y llevo una buena sopa encima. Parece que este año no voy a poder correr una sola vez con todo en condiciones.
La bici ya está probada y todo en orden. El viernes después de trabajar nos subimos toda la familia para Girona, pasaré a buscar el dorsal y después nos iremos a Torrella de Montgrí, al camping el Delfín Verde ya que pasaríamos todo el fin de semana allí con algunos papis más y compañeritos de Ayari del cole.
Llegamos al pabellón y como es de costumbre, lo de coger el dorsal con mi apellido, no es un problema 😅. Ya podría ser el resultado de la carrera también siempre así 🤣
Me veo por allí con Ferran, su padre Manel, con Juncosa, Alberto, Luís...y algunos más de los típicos que ya nos vamos encontrando siempre en estos fregaos.
Además Jordi y Laura, compis de Thomson, me han venido a ver y me hacen el super favor de darme bidones en varios puntos del recorrido. Esto no me suele pasar que siempre voy cargado como una mula jeje, así que espero que compense el mal estar que llevo encima y solo por el esfuerzo que han hecho ellos de venir, yo me he de dejar la piel por correr y acabar lo mejor que pueda.
Salimos y como era de esperar, vamos a mil desde el km0. Yo voy echando mocos y respirando como un miura. He de controlar el pulso y tratar de no cebarme mucho de inicio aunque es algo complicado con esa primera subida tan, con perdón, cabrona.
Para mi sorpresa voy adelantando a gente, más de los que me pasan a mi, pero hoy va ser una lucha totalmente contra mi mismo. Desde que he salido que siento y sé que lo voy a pasar muy mal. No es una carrera de una hora, son 100km de gravel con 2000m+ en un terreno que a ratos es bastante complicado, lo que se traducirá en 4h de agonía. Pero no es sufrir "bueno" de saber que vas como un tiro y fuerzas la máquina por que sabes que vas en moto. No, hoy no es ese sufrir, hoy es del pasar las putas, de querer abandonar por que te cuesta respirar, que vienen zonas donde sabes que puedes ir mucho más rápido pero bastante tienes con seguir dando pedales casi como si fueras un robot.
A mitad de carrera vomito un par de veces, lo que como no me entra bien y eso tampoco ayuda. En los bidones llevo alimento así que voy tirando de ellos y mil gracia a Jordi/Laura por que los bidones que me dieron con algunos geles en los puntos estratégicos me fueron de maravilla y aún más verles las caras y escuchar sus ánimos!! La mía era un poema y hasta Laura me dijo que parara.
Las arritmias hicieron como no, acto de presencia con una máxima de 224ppm que luego en casa viendo el archivo, llegaron a producirse en repetidas ocasiones. Vamos que el cocktel no era el mejor para rendir al máximo pero por si eso no fuese poco, se rompió un radio de la rueda y está iba frenada. No sé el punto exacto en el que sucedió por que debió aguantar mejor centrada al principio de partirse el radio pero con los km iría a peor y yo ya notaba al final que me costaba mucho pedalear pero claro, pensaba que era cosa mía y con la musiquilla pues no escuché ningún ruido raro.
El caso es que llegué a meta literalmente dándolo todo, fundido de coco y de cuerpo pero cosas de la vida, todo el esfuerzo, no quiero decir que haya valido la pena pasarlo tan mal, pero si recompensó haciendo buen puesto y consiguiendo contra todo pronóstico, la clasificación para el mundial.
Era de esos días de tener la sensación de ir el último. Lo estaba pasando tan mal que creía que no quedaría nadie de mi categoría por detrás pero lo cierto es que quedaban muchos, así que, a pesar de las penurias, mi ritmo no fue bajo.






























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